Disturbios en la Cachemira india
Fuerzas de seguridad indias causaron ayer la muerte a cuatro personas y heridas al menos a otras 11 en Srinagar, capital del Estado indio de mayoría musulmana de Cachemira, cuando la multitud se manifestaba por el fallecimiento del presidente paquistaní Zia U¡ Haq.Conocida la noticia de su muerte, la policía india, temiendo la exacerbación de los sentimientos propaquistaníes, decretó en el Estado un toque de queda indefinido que la muchedumbre violó para mostrar su duelo por la desaparición de Zia y reiterar sus aspiraciones de incorporación a Pakistán.
Los grupos rebeldes afiganos que han recibido la Inestimable ayuda del presidente Zia, expresaron ayer su pesar por la muerte del general, calificándola de "grave pérdida para el mundo islámico y para el pueblo afgano". Sin embargo, un portavoz del Jarmat i Islami, que preside actualmente la alianza guerrillera, Masud Jalili, mostró su confianza en que la desaparición de Zia -quien, según fuentes occidentales en Islamabad, controlaba estrechamente los suministros de armas provenientes de países occidentales y árabes a los muyahidin a través del también fallecido jefe del Alto Estado Mayor paquistaní, general Ajtar Abdul Rahman- no suponga el fin de la ayuda de Islamabad.
China, que procuró contrarrestar la influencia soviética en la India y Afganistán cultivando buenas relaciones con Pakistán, tambien expresó ayer su "consternación y pesar" por la muerte de Zia. "Su muerte priva a Pakistán de un líder excepcional, y a China, de un viejo y respetado amigo", señala el comunicado oficial de Pekín.
Condolencias soviéticas
Por su parte, la URSS ha expresado, por medio de un comunicado su "profunda condolencia y pesar" al Gobierno paquistaní por el suceso, según informó ayer Guenadi Guerasimov, portavoz del Ministerio de Exteriores. Guerasimov insistió en que la URSS continuará trabajando por mantener con Pakistán "relaciones normales y de buena vecindad", aunque eludió hacer comentarios sobre el futuro del país.En similares términos se mafestó desde Helsinki el ministro de Exteriores afgano, Abdul Wakil, quien confió en que la muerte de Zia no impida el cumplimiento de los acuerdos de Ginebra sobre el futuro de Afganistán.
Los Reyes de España y el ministro de Asuntos Exteriores, Fernández Ordóñez, remitieron asimismo sendos telegramas de pésame a las autoridades paquistaníes.
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