Tres obispos catalanes, entre los candidatos a la sucesión de Jubany
El cardenal arzobispo de Barcelona, Narcís Jubany, cumple hoy 75 años, la edad de jubilación. En la diócesis se debate si la Santa Sede lo mantendrá al frente de la Iglesia barcelonesa más tiempo o bien nombrará de inmediato a un sucesor, puesto para el que se barajan tres nombres: Josep Maria Guix, obispo de Vic; Joan Martí Alanis, de la Seu d'Urgell; y Ramón Torrella, arzobispo de Tarragona. No se descarta, sin embargo, que pueda ser nombrado un obispo no catalán o marcadamente conservador.
Jubany tenía previsto enviar su carta de dimisión al Papa el próximo mes de septiembre, ya que durante el mes de agosto la Administración eclesiástica funciona únicamente en lo más imprescindible. Los sectores progresistas y la mayoría de la curia barcelonesa verían con buenos ojos que la Santa Sede prolongara el mandato al cardenal, un hombre que se ha caracterizado por su tolerancia en sus 17 años al frente de la diócesis. La continuidad de Jubany garantizaría la pervivencia de un estilo comprensivo hacia diferentes sensibilidades cristianas. El cardenal, a principios de este año, confiaba en que el Vaticano le prolongara el mandato. En algunos medios eclesiásticos no se excluye, sin embargo, que la dimisión le sea aceptada a principios del próximo año, de manera rápida, tal como les ha sucedido en los últimos años a hombres de talante abierto, como fue el caso del cardenal Vicente Enrique Tarancón en Madrid-Alcalá.En Barcelona no se desecarta una situación similar. No en vano se han barajado nombres como el del arzobispo de Valencia, Miguel Roca, a quien sectores políticos, como el partido Convergéncia Democrática, llegaron a mostrar su oposición. En la actualidad no parece del todo descabellado que un hombre claramente conservador e incluso que esté fuera del ámbito catalán pueda ser nombrado sucesor de Jubany, pese a que la diócesis barcelonesa sea especialmente sensible frente a una decisión de esas características.
En medios díocesanos sería bien acogido el nombramiento de cualquiera de los tres obispos catalanes con los que actualmente se especula, a los que podría añadirse un cuarto nombre, el del obispo de Mallorca, Teodor Úbeda. En caso de que el sucesor no fuera del ámbito lingüístico catalán, medios nacionalistas podrían realizar una nueva edición de la campaña Volem bisbes catalans (Queremos obispos catalanes), que se desarrolló en 1966 y que volvió a vivirse mucho más tímidamente con motivo de las últimas vacantes -en 1983- en Tarragona y Vic.
Torrella, Guix y Martí Alanis
Ramón Torrella, arzobispo de Tarragona, es un hombre de talante liberal y ha pasado parte de su vida eclesiástica en la Roma de Pablo VI. Torrella se ha manifestado crítico con los sectores más espiritualistas, como el Opus Dei, del que ha manifestado que cada vez consigue mayores cotas de poder en el Vaticano. El arzobispo de Tarragona fue suspendido a divinis a mediados de los años cincuenta, cuando era consiliario de la Juventud Obrera Católica. Fue, asimisino, vicepresidente del Secretariado para la Unión de los Cristianos en la Curia romana, donde también ocupó la vicepresidencia del Consejo de Laicos.Torrella es conocedor de Barcelona, donde fue auxiliar a mediados de los años sesenta y cuyo nombramiento se realizó simultáneamente al de Josep Marla Guix, residencial de Vic, que desempeñó el cargo en Barcelona hasta 1983. Guix fue secretario del cardenal Ángel Herrera Oria, fundador de la Asociación Católica Nacional de Propagandistas. Se le considera un hombre con preocupaciones sociales. Fue subdirector del Instituto León XIII, donde se doctoró en Ciencias Sociales. Otro de los candidatos a suceder a Jubany es Martí Alanis, presidente de la Comisión Episcopal de Medios de Comunicación, obispo de Urgell y copríncipe de Andorra. Martí Alanis fue uno de los candidatos más votados por los prelados españoles cuando se eligió secretario general a Agustín García Gasco.
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