Leer es más interesante que vivir
La XIX Conferencia del PCUS ha sido un acontecimiento sobre el que se hablará durante mucho tiempo en la Unión Soviética país. Aunque la conferencia no ha constituido un vuelco revolucionario, ha sido un importante hito que es necesario comentar y estudiar profundamente.Mucho antes de que se inaugurara la conferencia, la espera de este acontecimiento se hacía cada vez más tensa. La discusión de las tesis del Comité Central del PCUS para la conferencia abarcó a amplios círculos de la sociedad, incluidos aquellos que antes eran indiferentes a este tipo de documentos. Las tesis, interesantes, llevaban el sello del compromiso. Las más importantes eran las referentes al "pluralismo socialista" y a la rotación de los dirigentes del partido, que no deberían estar en sus cargos más de 10 años. Sin embargo, la discusión de las tesis rebasó los marcos de estos problemas, abarcando todas las cuestiones tanto de la vida social y cultural como de la edificación partidaria y estatal.
Precisamente en la primavera de 1988 la perestroika empezó a chocar con dificultades cada vez mayores. Prácticamente, no se llevaba a cabo una reforma económica profunda; se agudizaron los problemas entre las nacionalidades; había empeorado la situación económica. de las amplias masas; la Prensa publicaba artículos cada vez más agudos y críticos, pero a la política de glasnost se le empezaba a oponer resistencia. Nació la frase popular "En el país ahora es más interesante leer que vivir". Desapareció la utildad declarada de la sociedad, corno lo demostré, la polémica desatada entre Sovietskaya Rossia y Pravda y entre muchos otros diarios y revistas.
Todas estas circunstancias se reflejaron en las elecciones de los delegados a la conferencia, que transcurrieron sólo unas pocas semanas antes de que fuera inaugurada y según un procedimiento más sencillo. No obstante, por primera vez desde hace decenios, en estas elecciones hubo una acuda lucha por los puestos y, de hecho, los candidatos tenían sus propios programas. No sólo se enviaron a la conferencia decenas de miles de quejas tradicionales, sino también decenas de miles de proposiciones. Pero ¿se justificaron las muchas esperanzas que se habían puesto en la conferencia?
En parte, sí. La conferencia realizó un trabajo grande, trascendental e interesante. Si en los años del inmovilismo la gente dejaba de leer los periódicos durante los congresos, ahora, en cambio, temprano por la mañana hacían largas colas ante los quioscos.
El documento más importante de la conferencia fue el informe de Gorbachov. Es difícil comentario, porque trató de abarcar todos los aspectos de la sociedad, todos los aspectos de la perestroika, del partido y de la ideología. Se trata de un documento fundamental, en el que, aunque sucintamente (no había tiempo para explicaciones y ejemplos), se adelantaron numerosas ideas que van mucho más allá de lo que antes había escrito y dicho el mismo Gorbachov. Cada persona puede hallar en el informe de Gorbachov motivos de satisfacción y de preocupación, en dependencia de su posición personal y de su profesión. A muchos preocupa, por ejemplo, la proposición de reformar los precios al consumidor, y son diferentes, según el círculo al que se pertenezca, las opiniones sobre la exigencia de Gorbachov de disminuir considerablemente el aparato del partido y de liquidar en él los departamentos ramales. Personalmente, estoy satisfecho. Son lo que Gorbachov dijo en cuanto a la necesidad de revisar una serie de Juicios imperantes hasta ahora en la historia del partido y de condenar los acontecimientos de los años treinta y setenta. La autocrítica sana del partido no es una denigración, sino una necesidad de purificación, que hacía tiempo había madurado.
Sin embargo, en el informe de Gorbachov había tanto ideas con las que uno dificilmente podía estar de acuerdo como otras no del todo comprensibles. Todos vemos que están ocurriendo cambios en la economía, que cambian las prioridades, que se anulan los proyectos e instrucciones caducos. En la economía se están llevando a cabo una serie de experimentos, se desarrollan las cooperativas, y el trabajo particular. Comienzan a crearse empresas mixtas con participación de firmas privadas occidentales, se amplía el comercio minorista particular. En el campo se ha divulgado la contrata individual, familiar y de brigadas; los habitantes de las ciudades reciben cada vez más parcelas para plantar jardines y huertos y tienen. la posibilidad de alquilar o comprar las casas deshabitadas en el campo y labrar el terreno adyacente. Se anulan las antiguas limitaciones para las parcelas auxiliares en el campo y para desarrollar la artesanía. Al mismo tiempo, se incentiva la creación de cooperativas interkoljosianas y de grandes firmas agroindustriales, etcétera.
Pero todas estas nuevas fórmas de actividad económica por el momento constituyen no más del 10% de nuestra economía, mientras que el 90% restante sigue basándose en métodos de trabajo y dirección anticuados y dando al consumidor productos de baja calidad. Hemos comprendido mejor las causas del atraso de la economía soviética, pero por el momento no contamos con un programa serio e integral para desarrollarla. En los últimos tres años, la renta nacional ha aumentado muy lentamente y el aceleramiento del desarrollo económico sigue siendo una consigna, que no una realidad. Gorbachov dijo que en dos años los salarios reales habían aumentado en un 4,6%. Pero podemos afirmar que para la mayoría de los trabajadores y empleados los ingresos reales no han aumentado, sino que han disminuido. El país sufrió enormes pérdidas como resultado de la catástrofe de Chernobil. El giro comercial exterior de la URSS disminuyó en el 10% en los últimos dos años, y si ahora nuestras mujeres deben comprar dos pares de calzado soviético malo en lugar de uno italiano, entonces no sentirán que sus ingresos reales han aumentado. Enormes cantidades de dinero fluyen ahora a los bolsillos de los productores clandestinos de aguardiente, no se cumplen los planes de movimiento de mercancías en el país, y aunque el salarlo nominal de la población ha aumentado, en muchas ciudades con frecuencia se han demorado en el pago de estos salarios. Del mercado desaparecen las mercancías baratas y por doquier no sólo hay déficit de carne y leche, sino también de azúcar.
Una de las principales resoluc'ones de la conférencia fue la referente a la clara delimitación de las funciones del partido Y de los soviets y al aumento del poder de estos últimos en los territorios de su jurisdicción. Debe aumentar el papel que desempeñan los soviets Supremos y sus comisiones, y la actividad del Consejo de Ministros debe ser renovada sustancialmente. Será reformada la manera de elegir los soviets. Anualmente se celebrarán congresos de los soviets, mientras que el Soviet Supremo de la URSS, con menos miembros que ahora, pasará a ser un órgano de poder real y permanente, encabezado por el presidente del Soviet Supremo con amplios poderes. De esta manera en la URSS se piensa crear un régimen soviético presidencial, en el que el presidente será, al mismo tiempo, el jefe del partido, es decir, su secretario general. Sin embargo, no todo en este nuevo sistema de
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Viene de la página anteriorpoder estuvo claro para los delegados. No todos comprendieron en qué forma actuaría este nuevo sistema de relaciones entre el partido y los soviets en las ciudades, distritos y provincias, donde, de acuerdo con las proposiciones. de Gorbachov, precisamente el primer secretario del comité del partido será quien encabezará el nuevo soviet local. Creo que es la primera vez en los últimos 65 años que algunos delegados a un foro del partido abiertamente estuvieron en contra de las proposiciones del líder del partido, y éste, a su vez, trató de responderles tranquilamente.
También en torno a otros problemas se desató una viva polémica en la conferencia. Más de 300 personas se inscribieron para participar en la discusión sobre el informe, pero sólo alrededor de 60 pudieron hacerlo. Sin embargo, unos 150 delegados hablaron en las comisiones donde se discutían las diferentes resoluciones de la conferencia, y es de esperar que estas intervenciones sean publicadas en el libro que saldrá en octubre. La polémica no sólo mostró que existían diferentes opiniones sobre determinados problemas, sino también que hay algunas corrientes en el interior del partido. Simplificando la situación, podemos decir que existen tres diferentes grupos políticos. El primero es el de los adversarios abiertos de la perestroika, de los conservadores que tratan de que el partido y el país den marcha atrás. A él pertenecen los dirigentes de muchas instituciones, ministerios, departamentos ramales del CC y también algunos intelectuales. Todavía tienen un inmenso poder y una gran influencia, pero, en general, prefirieron no hablar en la conferencia del partido y ni siquiera contestar a las críticas que se les hicieron. Creo que la única persona perteneciente a este grupo que intervino fue el escritor Ytiri Bondarev, que reflejó tanto el odio a la perestroika como el temor a ella. Esta gente no está dispuesta a rendirse sin dar la batalla, y cuentan con no pocas fuerzas. El segundo grupo, bastante numeroso, está integrado por personas que comprenden que la perestroika es necesaria y que no se puede seguir vivien do y trabajando a la antigua, pero que quisieran hacer todos los cambios que según ellos han madurado con los tradicionales métodos autoritarios, es decir, sin glasnost ni democracia. Esta gente abiertamente mostró su desaprobación por la Prensa "demasiado libre". Más que nada temen la creciente actividad que demuestra la juventud y las amplias masas populares, temen la revisión de los estereotipos ideológicos y la crítica de los crímenes cometidos en el pasado, por el hecho de que, según ellos, destruyen la autoridad del partido. Esta gente combate la corrupción y los abusos, pero son incapaces de sostener una discusión abierta ni siquiera en los marcos de lo que Gorbachov llamó "pluralismo socialista". Es gente que no tiene flexibilidad, que está acostumbrada a mandar, pero no a argumentar. Precisamente en este grupo uno podría catalogar a muchos líderes provinciales del partido que hablaron en la conferencia. Este grupo estuvo representado de la manera más brillante en la extensa intervención de Igor Ligachov, secretario del Comité Central del PCUS y miembro del Politburó. Todos notaron que Ligachov no sólo criticó a su ex protegido Boris Yeltsin, sino que también lanzó una advertencia al mismo Gorbachov, recordándole quiénes habían votado por él en el Pleno de Comité Central celebrado en marzo de 1985. "Te hemos dado el poder; no lo olvides, no vayas demasiado lejos, no entres en conflicto con nosotros", parecía querer decirle Ligachov. Por supuesto, en política hay que tener presente tales advertencias, pero no obligatoriamente hay que hacerles caso. De la misma forma hablaban Molotov, Malenkov y Voroshilov a Nikita Jruschov antes del XX Congreso del PCUS, recordándole que sin el apoyo de ellos él jamás se hubiera convertido en el líder del partido. Todo líder debe tomar en consideración los ánimos de quienes lo han elegido, pero no puede convertirse en un dócil instrumento en manos de ellos.
Por último, el tercer grupo en el interior del partido estaba representado por los delegados que llamaban a impulsar la perestroika, a desarrollar la crítica y la autocrítica en el partido, la glasnost y la democracia, a no temer las nuevas empresas en la economía y en política exterior e interior. Como hemos visto, el líder de este grupo es el mismo Gorbachov, y a él pertenece la mayoría de los intelectuales representados en la ' conferencia. Los que más claramente expresaron los ánimos de este grupo fueron el actor Mijail Ulianov y el escritor Grigori BakIanov. Precisamente esta gente representa el futuro de la perestroika. Pero ellos no pueden triunfar sin el apoyo de Gorbachov, de YakovIev y de otros políticos influyentes. No cabe duda de que tenemos por delante muchas etapas de lucha muy aguda entre los diferentes grupos que existen en el partido.
En general, la conferencia demostró que la popularidad y la influencia de Gorbachov han aumentado. Sin embargo, tanto en las resoluciones como durante la misma conferencia podemos ver claras huellas de compromisos. Se trata de compromisos que le permitieron dar un paso adelante a Gorbachov, pero no tan grande y rápido como hubiera sido necesario para el país y el partido. Creo que consecuencia de ese compromiso es el que no se haya renovado el Comité Central del PCUS, aunque entre sus miembros hay actualmente 60 o 70 personas que han perdido los cargos que les daban derecho a sesionar en los plenos del comité central. Mientras tanto, cada paso de la perestroika debe ser afianzado por los correspondientes cambios en los cuadros del partido. '
La conferencia ha terminado, pero las resoluciones tomadas todavía deben ser llevadas a la práctica. Queda por hacer un enorme trabajo para reducir el aparato y ampliar la glasnost, para afianzar los soviets y aplicar las reformas económicas. Han aumentado las posibilidades de éxito de las transformaciones revolucionarias, pero también han aumentado los obstáculos que deberán superar en su avance.
Traducción: Rodrigo Fernández.
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