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El diálogo con ETA después de Barrionuevo

El Partido Socialista de Euskadi (PSE-PSOE) desea ejercer un control político más directo sobre las conversaciones con ETA Militar, si el diálogo se reabre tras la liberación de Emiliano Revilla como ha sugerido el ministro del Interior, José Luis Corcuera. Esta pretensión encuentra un eco favorable en la ejecutiva federal del PSOE, según fuentes socialistas. Sectores de la ejecutiva, encabezados por el secretario de organización y presidente del PSE, Txiki Benegas, han discrepado del desarrollo de los contactos hasta la ruptura en febrero pasado y de su dirección exclusiva desde Interior cuando era titular de este departamento José Barrionuevo.

Las críticas del sector encabezado por Benegas apuntan directamente a Julen Elgorriaga, hombre de la máxima confianza de Barrionuevo, delegado del Gobierno en Vitoria y último interlocutor del representante de ETA en Argel, Antxon Etxebeste.

El PSE, según medios nacionalistas, ha confiado hace ya meses a importantes responsables políticos de Euskadi que Elgorriaga no es el interlocutor adecuado, y que su actuación en las últimas reuniones no fue satisfactoria.

Las reuniones con ETA en Argel se interrumpieron a finales de febrero pasado, muy poco antes del secuestro de Revilla. Ni Elgorriaga ni el Gobierno han explicado nunca los motivos. Medios políticos vascos señalan, no obstante, que la razón fue la pretensión de ETA de abrir una mesa pública de conversaciones donde tendrían cabida el partido socialista, por una parte, y por otra, el "movimiento vasco de liberación nacional", concepto que para la organización terrorista abarca desde Herri Batasuna hasta movimientos sin representación de voto alguna, como las Gestoras Pro Amnistía.

Miembros de la ejecutiva del PSOE, por otra parte, han efectuado en los últimos meses tanteos con alguna personalidad políticamente independiente para conocer su disposición ante una posible demanda de mediación con HB. Estas gestiones iniciales se han dirigido, en principio, a un destacado profesional tradicionalmente opuesto a los criterios del antiguo ministro del Interior.

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La aspiración a contar con una mayor presencia en la orientación del diálogo con ETA fue una de las claves de mayor peso en el quinto congreso de los socialistas vascos, celebrado en San Sebastián entre los días 10 y 12 de junio pasado. "Lo que pareció una lucha por el poder entre Ricardo García Damborenea y Ramón Jáuregui", afirman fuentes socialistas, "era también un enfrentamiento entre Txiki Benegas y José Barrionuevo".

Discusión en público

En el congreso intervinieron activamente, junto al sector crítico de García Damborenea, los hombres de Barrionuevo en el País Vasco, en especial Julen Elgorriaga y los gobernadores civiles de Vizcaya y Guipúzcoa, Iñaki López y José Ramón Goñi Tirapu, respectivamente. Benegas sostuvo una discusión en público con Goñi Tirapu, al que increpó por su presencia en una reunión de representantes de Guipúzcoa y le pidió que volviera a su sitio en el Gobierno Civil. Los delegados del PSE otorgaron una victoria muy ajustada al sector oficial de Benegas y Jáuregui.

Los socialistas vascos prevén cambios importantes en caso de que se cumplan las previsiones y se produzca la reapertura de las conversaciones, para lo cual ETA Militar debería acreditar, afirman, un compromiso de cese de la violencia. Esta tregua evitaría la posibilidad de que el diálogo se desarrollara bajo la presión de los atentados.

El cambio de estrategia y la presencia más o menos explícita del partido socialista en la orientación de los contactos con ETA se verá facilitado por el acceso de José Luis Corcuera a Interior. Corcuera, afiliado al PSOE en Vizcaya, participó de forma muy activa junto a Benegas y Jáuregui en la disputa por la elección de delegados previa al congreso.

El eurodiputado de HB Txema Montero se ha sumado a los pronunciamientos públicos de los últimos días, coincidentes en relacionar la liberación de Revilla y una posible reanudación del diálogo con ETA.

Montero considera seguro un acuerdo final entre el Gobierno y ETA, basado en un diagnóstico común de las causas de la violencia, aunque advierte que se producirán altibajos en las conversaciones. Según el eurodiputado, los contactos previos se rompieron con el secuestro de Revilla. En la situación actual, añade Montero, "la puesta en libertad de Revilla en su integridad física es una de las condiciones sine qua non para la negociación".

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