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Volver a Keynes

En principio, todo el mundo va a querer rnarcos alemanes; "pero si hubiese un riesgo de depreciación de esta moneda, todos huirían de ella, como ha pasado con el dólar en octubre". Ello significa que hay fenómenos que escapan ya al control de las autoridades alemanas, por ser el marco una moneda utilizada en países que conjuntamente tienen un peso específico importante. Por tanto, hay argumentos desde el punto de vista alemán para aceptar que "o progresamos en esto o va a haber mucha mayor inestabilidad de la que ha habido estos años".En la misma línea y ya no en palabras de Miguel Boyer sino del gobernador del Banco de España, Mariano Rubio, "la liberalización de los mercados de capitales sin contrapartidas sobre los excedetites de balanza de pagos de los países con superávit, es decir, sin un compromiso de mayor coordinación en la que todos cedan algo, puede provocar depreciaciones competitivas de algunas monedas, lo que significaría el fin del Sistema Monetario Europeo (SME) en su conjunto". Sigue siendo sorprendente la unión de pensamiento, y en muchos casos de forma de exposición, que mantienen el ex ministro de Economía y el gobernador de¡ Banco de España. Miguel Boyer señala que "lo que está a punto de ocurrir ahora con el SME y el marco" se parece bastante a los problemas que quedaron sobre la mesa cuando en 1944 se sentaron las bases de¡ nuevo orden económico internacional.

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Equilibrio inestable

El equilibrio entonces era inestable, continúa el ex ministro, ya que no se establecía ningún ajuste obligatorio con penalización para los países con excedentes de sus balanzas de pagos, y se dejaba sólo al dólar como moneda de reserva. Ahora, en el seno de la CE, la situación es similar, aunque no podrá mantenerse durante muchos años.

Miguel Boyer recuerda que Keynes propuso, en 1944, la creación de una segunda moneda de reserva -"a la que incluso puso nombre"- y el ajuste en los dos sentidos de la balanzade pagos. La validez del SME vendrá dada, según Boyer, "en la medida en que se consolide el ECU como segunda moneda de reserva y no sólo como instrumento para realizar algunas operaciones financieras, y mediante una mayor convergencia de las políticas monetarias y fiscales de todos los países miembros".

Esta nueva dimensión es la que ha pesado de forma decisiva en la composición del comité de expertos que debe elevar una propuesta de unión monetaria a la cumbre de la Comunidad que se celebrará en Madrid. En el comité están los 12 gobernadores de los bancos centrales como representantes personales de los jefes de Gobierno. Tres independientes, propuestos por Delors y junto al propio presidente de la Comisión. Otro de los integrantes -cuya participación es el una importancia fundamental en opinión de Boyer- es el comisario europeo para Asuntos Agrícolas. No un comisario cualquiera, sino aquel que debe lidiar con los peores toros de la CE cad vez que trata de que no se rompa la llamada Europa verde.

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