La Xunta logra mantener el pacto de Gobierno a pesar de la dimisión de su vicepresidente
Xosé Luis Barreiro anunció en la tarde de ayer, con lágrimas en los ojos, su dimisión como vicepresidente de la Xunta y secretario general de Coalición Galega (CG), tras ser procesado por presuntos delitos de cohecho y prevaricación. Barreiro se había resistido a dimitir durante los dos últimos días, pero finalmente cedió a las presiones del PSOE y del Partido Nacionalista Galego (PNG), las otras dos fuerzas políticas que integran el Gobierno de la Xunta, e incluso de sectores de su propio partido, según algunas fuentes.
Xavier Suárez-Vence, actual consejero de Educación de la Xunta, será el nuevo vicepresidente del Gobierno autónomo gallego. El presidente de Coalición Galega, Xenén Bernárdez, anunció anoche que la ejecutiva del partido había decidido la propuesta por unanimidad y que el presidente de la Xurita la había aceptado.La Consejería de Educación será ocupada por Aniceto Núñez García, hasta ahora director general de Enseñanzas Medias.
Barreiro señaló que su dimisión puede interpretarse como un adiós a la política, aunque en realidad mantendrá su escaño en el Parlamento autónomo. El ex vicepresidente dijo que su última decisión como secretario general de CG había sido mantener el pacto de gobierno con socialistas y nacionalistas.
El ya ex vicepresidente anunció su decisión en una rueda de prensa que finalizó entre sollozos y en la que se limitó a leer dos cartas, una dirigida a los ciudadanos de Galicia y otra al presidente de la Xunta. Algunos de sus colaboradores lloraron desconsoladamente mientras los otros tres conselleiros de CG asistían a las palabras de dimisión de su líder. La rueda de prensa contó también con un espectador insólito, el único diputado del grupo radical Bloque Nacionalista Galego (BNG), Xosé Manuel Beiras, que se despidió emocionadamente de Barreiro y aprovechó la ocasión para llamar "carroñeros" a todos los que pidieron su dimisión.
Para explicar su abandono, Barreiro dijo: "No estoy dispuesto a resistir el acoso injusto e inmisericorde que, aunque puedo vencer y vencí siempre, corro el riesgo de que deforme hacia el exterior mi persona y mi forma de ser".
Tras la comparecencia de Barreiro el presidente de la Xunta, Fernando González Laxe, anunció que aceptaba la dimisión de su vicepresidente y manifestó que su conducta durante la estancia en su gobierno había sido "intachable". González Laxe defendió la presunción de inocencia de todos los ciudadanos y dijo que lo ocurrido durante la jornada de ayer debería servir de ejemplo para la clase política gallega.
La dimisión de Barreiro se produjo pocas horas después de que el comité ejecutivo de su partido le pidiese, en la noche del jueves, que continuase en la vicepresidencia. Barreiro parecía mantenerse firme y había amenazado al PSOE y PNG que si el presidente González Laxe lo destituía, CG rompería el pacto de gobierno y dejaría el gabinete en minoría.
Los otros dos socios de la coalición de gobierno abandonaron ayer la discreción que habían mantenido desde el auto de procesamiento.
El PNG pidió la dimisión de Barreiro y el PSOE se disponía a hacerlo cuando el ex vicepresidente anunció su renuncia. Fuentes próximas a la Xurita afirman que los acontecimientos se precipitaron durante la mañana y que algunos sectores de CG pudieron haber presionado también a Barreiro ante el riesgo de perder su representación en el Ejecutivo.
La mayoría de los partidos de ámbito nacional consideraron la dimisión como una medida "prudente, obligada e inevitable". Sin embargo, mientras el PSOE señalaba que la actitud de Barreiro fortalecía el gobierno de progreso en Galicia, AP subrayaba la necesidad de disolver el Parlamento y convocar elecciones.
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