El IRPF y la familia

La ley del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas, cuando tiene que gravar a personas casadas, entonces experimenta una metamorfosis y se convierte en un impuesto sobre matrimonios y no sobre personas, contradiciendo el título de la ley. Así pues, aunque marido y mujer tengan, cada uno individualmente, rentas suficientes para estar obligados a tributar, la ley ordena acumular sus rentas y establecer por el total una declaración única y conjunta, por lo cual deben tributar por un tipo de gravamen mucho más alto del que les correspondería haciendo la declaración separadamente, como es norma en los países de la CE.En el Informe Anual de las Cortes Generales presentado por el anterior defensor del pueblo, don Joaquín Ruiz-Giménez, con fecha 6 de mayo de 1987, hace mención de una queja presenta da por diversos interesados y dice lo siguiente:

"Si bien se aborda este problema con motivo de la queja de referencia, es lo cierto que desde el comienzo de las actividades de esta institución se ha suscitado reiteradamente dicho problema, solicitando se sugiriera la tributación separada de los cónyuges, con carácter general".

"Esta obligación legal de declaración conjunta, sobre todo en cuanto a los cónyuges, cuando ambos perciben rentas, ha sido considerada por algunos tratadistas como atentatoria al artículo 39 de la Constitución: sobre la protección social, económica y jurídica a la familia; al artículo 14, que consagra el principio de igualdad, entendiendo que discrimina a las parejas unidas en matrimonio frente a los que no lo están, y al artículo 31, que exige un sistema tributario justo".

A pesar del contenido del informe hecho en su día por el entonces defensor del pueblo, don Joaquín Ruiz-Giménez, y a pesar también de lo que dijo don José Borrell, secretario de Estado de Hacienda, en una conferencia pronunciada en el Club Siglo XXI de Madrid el día 24 de marzo del presente año, en que reconoció que la familia estaba penalizada con respecto a los no sujetos por el vínculo matrimonial, y se mostró partidario de caminar hacia una disminución de la progresividad fiscal para los matrimonios, e incluso llegar a una tributación separada, el Gobierno continúa con su política de penalización fiscal a los matrimonios. En el suplemento Negocios (página 8) de EL PAÍS del 17 de octubre de 1987, se podía leer: "El tratamiento fiscal de las unidades familiares presenta dos importantes novedades en el proyecto de ley de presupuestos para 1988: la supresión de la deducción general y la deducción por matrimonio cuando se aplica la deducción polinómica". La supresión de ambas deducciones viene confirmada en el suplemento Negocios (página 10) de EL PAÍS de 10 de julio corriente. En consecuencia, más penalizacíón para los matrimonios en que ambos consortes trabajan en la próxima declaración de la renta. Parece increíble, pero es verdad.- Francesç Vernis.