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Las reservas de divisas apenas aumentarán en julio, según el Banco de España

Las reservas de divisas en poder del Banco de España apenas sufrirán variación alguna en el mes de julio respecto al mes anterior, según las estimaciones del banco emisor pocos días antes de que comience agosto. Esta situación, prácticamente desconocida desde el mes de julio de 1982, cuando se inició un fuerte proceso especulativo contra la peseta que acabó en la devaluación de la moneda española en diciembre de 1982, permitirá un mayor control monetario, y no sólo no preocupa a las autoridades económicas, sino todo lo contrario. Hasta junio, las reservas superaban los 37.726 millones de dólares.

A lo largo del primer semestre del año el nivel de reserva centrales de divisas aumentó más de 7.250 millones de dólares, a pesar de un empeoramiento en la situación de la balanza por cuenta corriente española. El incremento de divisas, que situó el nivel de reservas en 37.726 millones de dólares a finales de junio, se debió sobre todo al mantenimiento del saldo positivo de las inversiones extranjeras directas y al cambio de tendencia en los prestamos exteriores. Mientras que hace un año el nivel de la deuda externa española no hizo sino descender, en los seis primeros meses de 1988 se volvió a la tendencia normal de tomar dinero prestado en el exterior, ante los elevados tipos de interés interiores.Junto a ello, y provocado por la alta rentabilidad de los activos del Tesoro a corto plazo y las expectativas a una revaluación de la peseta, numerosos inversores extranjeros colocaron parte de sus excedentes de tesorería en títulos españoles. La entrada de dinero a corto plazo tuvo un papel destacado en el aumento de las reservas de divisas y en la generación de liquidez interna, aunque favoreció las necesidades de financiación del sector público sin que se produjeran tensiones en los mercados.

Cambio de tendencia

La situación, en el mes de julio, ha cambiado de forma radical según los avances del banco emisor, en los que se espera que apenas haya variación en las reservas centrales y que se registre un pequeño ascenso en las posiciones en divisas de las entidades delegadas para poder operar en moneda extranjera. Algo completamente inusual en este mes y que parece iniciar una nueva tendencia para la segunda mitad del año.

Lo primero que destaca de esta nueva situación es que en julio la balanza por cuenta corriente, suma de la balanza comercial y de la de servicios, debe presentar un saldo positivo de importancia. En efecto, la tendencia de los últimos meses de la balanza comercial, medida en términos de caja del Banco de España, muestra un cierto camino a la reducción del elevado déficit comercial, consecuencia de un acercamiento de las tasas de crecimiento de las exportaciones al que registran las importaciones.

Junto a ello, el saldo neto de la balanza de servicios, donde se recogen las transacciones por turismo y las transferencias corrientes, debería ser positivo e importante, ya que julio es el primer mes en el que la afluencia turística se deja sentir con toda su fuerza.

Turismo

Por tanto, la suma de las dos balanzas deberá arrojar un fuerte superávit para la economía española, en línea con lo que ocurre siempre en este mes. De hecho, hace unas semanas las autoridades económicas consideraban que podrían surgir problemas de control monetario si se cumplían sus previsiones de entradas de divisas.

Para que el saldo final de reservas de divisas de julio registre un equilibrio equivalente a que apenas exista variación del nivel de divisas, deben producirse desequilibrios en las balanzas de capitl a corto y largo plazo, o bien que a pesar de que en estos capítulos se mantengan las tendencias de meses anteriores el mercado haya actuado por sí solo en transacciones de divisas y que el Banco de España no haya tenido que intervenir adquiriendo divisas.

Esto último es lo que parece haber ocurrido, porque el tipo de cambio de la peseta frente al marco, divisa de referencia en los últimos meses, no se ha visto sustancialmente alterado a lo largo del mes, mostrando una estabilidad en niveles superiores a los mínimos fijados para que la autoridad monetaria interviniera en los mercados comprando divisas. Los extranjeros han dejado de comprar deuda pública.

Una menor presión sobre la peseta

El cambio de tendencia en la acumulación de reservas de divisas que va a tener lugar con los datos del mes de julio puede provocar algunos estados de opinión sobre el futuro del tipo de cambio de la peseta que a primera vista no parecen demasiado fundados. En los últimos meses, y ante el crecimiento de las reservas de divisas, las autoridades económicas y monetarias no han hecho sino declarar que estos aumentos provocaban más problemas que soluciones y que sería deseable un cierto cambio, pausado, de tendencia.Los altos tipos de interés internos en relación con el exterior provocaban entradas de divisas que forzaban a una apreciación de la peseta no deseada por las autoridades. Las reducciones de algunos de los tipos de interés, especialmente los monetarios, frenaban algo estas entradas, pero eran insuficientes.

Subida del dólar

Sólo hasta que el dólar ha tenido un repunte importante y las autoridades económicas de algunos países han iniciado una ligera elevación de sus tipos de interés no parece que haya cedido la presión sobre la peseta. Estados Unidos ha subido sus tipos de interés; lo mismo ha hecho Japón, la República Federal de Alemania y el Reino Unido. Ello ha hecho más atractivo que antes invertir en títulos de esos países, lo que representa que una parte de la presión sobre la peseta desaparece en la misma medida en que algunos capitales se dirigen hacia otras monedas.

Estos movimientos se pueden traducir en una cierta depreciación de la peseta respecto a las monedas fuertes, independientes del dólar, como el marco alemán o el yen, y frente al resto de las divisas de los países comunitarios, lo que arreglaría, al menos ligeramente, parte de los desequilibrios comerciales con la Comunidad Europea.

La salida de divisas que puede producirse en los meses siguientes cuando el turismo deje de provocar la llegada masiva de capital del exterior no debería generar tensiones ni temores, dado el elevado nivel de reservas que existe. Los más de 37.000 millones de dólares a finales del mes de junio siguen siendo superiores al volumen total de deuda exterior contraída por la Administración y las empresas españolas, lo que significa un importante respiro para las autoridades.

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