Días de romería, baile y gresca
Multitud de fiestas populares salpican el calendario veraniego de los pueblos de la región
Durante todo el verano se puede andar de fiesta en fiesta, sin parar, por la Comunidad de Madrid. Los 178 municipios de la región brindan 178 ocasiones diferentes para el ocio y la diversión. Los pueblos grandes suelen estirar su presupuesto y persiguen a Rocío Jurado o Isabel Pantoja, mientras que los pequeños se conforman con una banda modesta y olvidan rencillas familiares al calor de la caldereta popular. Pocos resisten a la tentación de los encierros. Los más singulares se entregan a las tradicionales romerías, redivivos deportes y bailes populares o peligrosas grescas con fuegos artificiales.
Los ayuntamientos de la región andan locos estos días ultimando los programas de actos y poniendo el cinturón a los presupuestos que se disparan al menor descuido. Los grandes municipios se gastarán este año en fiestas entre 20 y 30 millones de pesetas cada uno; los pequeños se apañarán con 400.000 pesetas.Un importante gasto festivo quedará cubierto con las aportaciones de comerciantes, industriales, algún rico hacendado local y los feriantes, que un año más se quejarán de lo caro que se lo pone el Ayuntamiento. Los municipios de menos de 50.000 vecinos cuentan con una pequeña aportación de la Comunidad de Madrid, que tiene un fondo de 40 millones para todos. Pese a que algunos pueblos se quejan porque no les llega, la subvención es la misma que el año pasado. El consejero de Cultura, Ramón Espinar, no ve razones que justifiquen un aumento de esta partida presupuestaria.
Hace años que las fiestas veraniegas perdieron su sentido original. Nacieron para que la población rural pudiera tomarse un merecido respiro entre la recolección y la siembra, pero lo único que queda son las fechas. Las fiestas están ahora pensadas para los veraneantes y como gancho para que los emigrados regresen al pueblo por unos días. "Las fiestas se han estandarizado mucho y es muy difícil encontrar una tradición que conserve su sabor original", afirma Ambrosio Aguado, un director general de la Comunidad amante de las tradiciones populares.
Y es que los programas festivos parecen calcados. Comenzarán inevitablemente con el pregón, especialidad reservada para algún personaje popular, aunque el manual práctico del buen alcalde recomienda invitar de cuando en cuando a miembros de peso del partido político en cuestión, preferentemente alto cargo de la Comunidad de Madrid, por aquello de estrechar lazos.
'Espionaje festivo'
Tras el pregón, los fuegos de artificio. Un buen castillo de fuegos no cuesta menos de 200.000 pesetas. El espionaje festivo es algo muy usual entre pueblos rivales, y los ayuntamientos suelen contratar a sus artistas con cláusulas de exclusividad en algunos kilómetros a la redonda.El resto del programa festivo deberá llevar algo de baile en la plaza a cargo de orquestas, muchas de aficionados, que cobrarán entre 100.000 y 150.000 pesetas. En los municipios grandes el baile se adereza con la presencia de figuras, como Rocío Jurado o Isabel Pantoja. Su caché salta la barrera de los tres millones y medio de pesetas. Este año, por cierto, actuarán en Alcorcón y Alcalá, respectivamente. Claro que siempre hay artistas en declive que con menos de un millón completan el cartel.
Y cómo no, los toros y vaquillas, que han proliferado en todas sus modalidades, a cual más heterodoxa. Los puristas insisten: no conviene confundir los encierros de toros con los de vaquillas. Los primeros, encabezados por el de San Sebastián de Los Reyes (del 25 de agosto al 1 de septiembre), siguen el ejemplo del padre San Fermín.
El Centro de Estudios Tradicionales de San Sebastián de los Reyes recomienda además otros encierros: Chinchón (25 de julio y 17 de septiembre), El Escorial (10 de agosto), Pinto (15 de agosto), Arganda (2 de septiembre) y Aranjuez (4 de septiembre). También se corren toros en Becerril, Bustarviejo y Torrelaguna.
Encierros más 'humanos'
Los encierros y sueltas de vacas van ganando, año tras año, en seguridad y humanidad. En muchos lugares se ha prohibido matar o maltratar al animal, y en otros se ha variado el trazado primitivo ,buscando recorridos menos peligrosos, incluso llevándolos fuera del casco urbano. Algún alcalde los suprimiría de buena gana, pero la presión popular obliga a mantenerlos cueste y lo que cueste. Y la verdad es que muchas veces se lleva la mayor parte de los presupuestos: entre 350.000 y 450.000 pesetas por cada toro y 250.000 por un novillo. La vaca sale por 25.000 pesetas.La Asociación para la Defensa de los Derechos de los Animales (ADDA) reconoce que Madrid no es una región especialmente "cruel", pero siguen alzando la voz contra "estos denigrantes espectáculos taurinos". "Se trata de imitar los encierros de Pamplona, pero mientras allí se corre con periódicos en la mano en muchos lugares de Madrid los mozos utilizan objetos punzantes", afirma un portavoz.
Para quienes se inclinen por el sabor popular de las romerías, el catálogo recomienda especialmente la de San Lorenzo del Escorial (14 de septiembre), en honor de la Virgen de Gracia, donde, en un intento de conservar la tradición, se dan subvenciones a las carrozas que estén tiradas por bueyes y no por tractores.
En la romería de Los Santos de la Humosa (8 y 9 de septiembre) se acostumbra a quemar los rastrojos de los márgenes del camino; los bomberos deben aguardar escondidos para no aguar la fiesta. La procesión de Fuentidueña del Tajo (12 al 16 de septiembre) se hace de noche y por el río.
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