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El industrial herido de un tiro sigue en el hospital, aunque ha sido dado de alta

XOSÉ MANUEL PEREIRO Miguel Pérez Curto, el industrial herido anteayer por un comando de los Grupos de Resistencia Antifascista Primero de Octubre (GRAPO) en su empresa, fue dado de alta en el sanatorio Modelo de La Coruña ayer a las diez y media de la mañana, pero a últimas horas de la tarde permanecía en el mismo, a la espera "de que desaparezcan los periodistas", según un portavoz de la empresa. "Como si tiene que esperar tres días", añadió.

Pérez Curto, que según sus familiares no había recibido nunca amenazas, "está muy nervioso todavía". Tanto él como los empleados que estaban en la fábrica en el momento del atentado han recibido el consejo policial ("órdenes", según ellos) de no hacer declaraciones ni dejarse fotografiar.

La familia dice que no ve demasiado clara la autoría de los GRAPO. El hermano mayor del herido comentó que le parecía raro "que vayan a por una gente que ha montado una empresa hace un par de años y sin amenazarla antes. Parece más bien cosa de quinquis".

En amplios sectores de la ciudad se da por seguro que hay empresarios que están pagando el impuesto revolucionario o han entregado cantidades exigidas por el mismo método que a Pérez Curto.

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