Tranquilidad en la elección del candidato peronista a la presidencia de Argentina

Casi el 50% del censo de afiliados al Partido Justicialista, algo menos de dos millones de peronistas, eligieron ayer en Argentina a su candidato para la presidencia en 1989, según informaciones facilitadas por el presidente de la Junta Electoral. La jornada se desarrolló con tranquilidad, pero en la provincia de Salta (norte de Argentina) un tren arrolló en un paso a nivel sin barrera a un autobús lleno de votantes peronistas, causando 16 muertos y 9 heridos graves. La elección se suspendió en el distrito donde ocurrió el accidente.

Al cierre de esta edición (02.00 hora peninsular española), pocas horas después del cornienzo de los escrutinios, no se conocían todavía los resultados de la votación, pero se anunció que los dos candidatos, Antonio Cafiero y Carlos Menem, habían acordado ofrecer resultados conjuntamente a partir de ese momento, 21.00 hora local. Esta decisión se interpretó como apaciguadora, porque podía contribuir a evitar que ambos se declarasen vencedores.En el centro de Buenos Aires se habían tomado medidas especiales de seguridad en torno a las sedes de los comandos electorales de los dos candidatos, que estan situadas en la avenida Be1grano, separadas tan solo por tres manzanas.

Las primeras mesas escrutadas, con un total de 258.000 votos, daban una ventaja del 4% al abogado y gobernador de La Rioja, Carlos Menem que afirma tener 53 años, frente al gobernador de la provincia de Buenos Aires y economista Antonio Cañero, de 65 años, pero estos resultados variaban con frecuencia y no permitían extraer conclusiones definitivas.

De los 4,1 millones de peronistas afiliados, 1,7 pertenecen a la provincia de Buenos Aires, en los feudos tradicionales del peronismo, en el cinturón industrial y de miseria que rodea la capital. Esta ha sido la zona más disputada por los dos candidatos en la fuerte pugna interna que ha durado varios meses.

Menem se ha presentado ante sus electores como el hombre carismático, capaz de transmitir esperanza en los sectores más golpeados por la crisis. Su figura despierta inquietud, que el candidato trata de disipar, aunque el domingo no vacilaba en presentarse en una entrevista con Clarín como "el antisistema".

No hay ninguna diferencia entre la propuesta de Alfansín y la propuesta de Cafiero. Las cosas seguirían lo mismo. No hay mayores diferencias entre la socialdemocracia de Alfonsín y la socialdemocracia de Cafiero. Nosotros representamos el antisistema", dijo Menem. En el diario izquierdista Página 12 Menem escribió que "este 9 de julio comienza la gran Historia. Una Historia más grande, más justa, más digna".

La clave del resultado de la elección interna peronista parece centrada en la posibilidad o no de Cafiero de controlar el aparato del Partido Justicialista que preside. Cafiero era consciente de esto, cuando declaraba que podía darse en la elección un factor sorpresa según "el grado de disciplina de los afiliados con respecto a su jefe local". "Si ese grado de disciplina existe, la elección puede ser tremendamente sorpresiva, explosiva a mi favor. El otro elemento sorpresivo es la innegable popularidad de Carlos Menem y la incógnita de si esa simpatía se traduce en el voto", añadió.

Sobre el resultado electoral de ayer se cernía la sombra de la posible división del peronismo. El comentarista José María Pasquini se preguntaba si alguien se imagina a Cafiero o a Menem regresando derrotados a cumplir con sus mandatos provinciales o a una oscura posición partidaria? Según Cafiero, "Menem no quiere romper, pero al lado de él hay quienes quieren romper".

Para el partido que gobierna, la Unión Cívica Radical, la elección peronista es decisiva para las esperanzas de conservar el poder en 1989. Un peronismo dividido aumentaría las posibilidades de los radicales. Los observadores consideran que a éstos les beneficiría un triunfo de Menem, porque podrían movilizar de nuevo los miedos el peronismo más atávico, con los que lograron el triunfo de Alfonsín, en 1983.