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Román Perpiñá Grau

La lucidez del 'abuelo' de los economistas

Amelia Castilla

Román Perpiñá Grau, de 85 años, el maestro de los economistas españoles, abandona el domingo la Residencia de Estudiantes madrileña, en la que ha vivido 30 años. El abuelo se retira a Barcelona para vivir con sus sobrinos. Al economista don Román, como le conocen en el centro donde se alojaron Buñuel, Dalí y García Lorca, le desagrada "el sentido económico del mundo, en el que imperan el placer y el dinero".

El profesor define como un ejemplar representativo de esta época a Mario Conde, presidente del Banesto. Sobre la beautiful people asegura, con una sonrisa pícara y mirando por encima de las gafas, que "las enfermedades han existido siempre en las personas y en las sociedades; algunas son divertidas, y otras, escandalosas, que son las que menos duran, afortunadamente".De España piensa que se ha convertido en una colonia económica de Europa del Norte. "Antes", opina, "estaba estúpidamente cerrada y no había más remedio que abrirse económicamente, pero no entregarse". Al presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan, le considera un discípulo aventajado de Milton Friedman. "Reagan practica el radical liberalismo, que no es más que el dominio del poder para hacer lo que se quiere. Su mandato, con pretensiones de moralidad, ha sido nefasto y es un ejemplo clave de la descomposición del mundo". Una vez acabada la frase, el profesor se queda pensativo y agrega: "Esto es muy fuerte, pero es verdad, según mi pensamiento filosófico".

Perpiñá luce un terno azul marino y un cuidado y blanco bigote. Se mueve acompañado de su bastón y su sombrero de fieltro marrón. Entre clase y clase recita versos en francés, y entre sus aficiones no perdidas se cuentan los crucigramas, "sobre todo el Quiz", que es el que hace todas las semanas. A sus 85 años permanece soltero, "¡gracias a Dios!", y todavía se permite el lujo de fumar tres pipas al día.

El profesor Perpiñá nació en Reus (Tarragona) hace 85 años. En 1930 fundó el Centro de Estudios Económicos Valencianos. Se define como. apolítico. Sin embargo, en 1936, le llamó la atención uno de los eslóganes del general Franco, "Contra el comunismo", y se apuntó al estado mayor del Movimiento Nacional "por un problema de valores y para evitar que España fuera comunista". Ahora no se arrepiente, porque no se aprovechó de la victoria. Con Franco le suspendieron unas oposiciones a la cátedra de Estructura Económica. "Pero, claro, luego me enteré de que las oposiciones se resolvieron en el despacho del ministro".

Enrique Fuentes Quintana, Ramón Tamames y Juan Velarde Fuertes, entre otros primeros espadas de la economía nacional, fueron sus alumnos. Su valiosa biblioteca y sus escritos se quedan para el arbitrio de su primer discípulo y gran amigo, el catedrático Velarde Fuertes. Está considerado como el maestro de la corriente estructural y como experto en economía internacional. En 1981 recibió el Premio Príncipe de Asturias de ciencias sociales.

Se jubiló del Consejo de Economía sin pensión, pero no quiere hablar de eso. Ahora dedica su tiempo a leer y a escribir, y a vivir tranquilo y sin protagonismos. Al maestro le fallan "las piernas, los ojos y todo, aunque lo mío no es grave. Es la vejez, que también se cura".

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