Huéspedes de Alá
Dos millones de musulmanes emprenden el camino de La Meca
"Vais a ser los huéspedes de Alá", dijo el 27 de junio el rey Hassan II al primer grupo de peregrinos marroquíes que emprendió el camino de La Meca. Desde todas las partes del mundo musulmán, un sinfin de trenes, barcos, autobuses y aviones especiales transportan estos días a la ciudad sagrada del islam al millón de fieles que, con otro millón de saudíes, participarán en el rito anual del hadj o peregrinación a la ciudad sagrada. La Meca ha sido ensangrentada dos veces en la última década por el conflicto entre los integristas y las autoridades saudíes.
Cuando Hassan II dirigió su mensaje a los peregrinos que dejaban el aeropuerto de Casa blanca, lo hizo como al muminin o príncipe de los creyentes. El soberano alauí les recordó las siguientes palabras del profeta Mahoma: "El que efectúa el pe regrinaje se encuentra blan queado de sus pecados como si acabara de nacer. El paraíso es su recompensa".Al menos una vez en su vida, y salvo una total imposibilidad física o económica, todo musulmán debe viajar a la ciudad natal de Mahoma en la fecha del hadj. Este año, la cita sagrada va del 16 al 26 de julio La fiebre integrista ha llevado a los saudíes a desplegar en torno a La Meca un impresionante aparato de seguridad. Unos 20.000 policías y soldados intentarán este año evitar la repetición de incidentes como los que en 1979 y 198 causaron centenares de muer tos y heridos en el corazón-mismo del más prestigioso santuario del Islam.
El general UIrich Wegener, de la RFA, será el encargado de dirigir las unidades antidisturbios puestas en pie por el Gobierno de Riad. Entre sus miembros hay saudíes, egipcios, marroquíes, sudaneses y paquistaníes; entre sus jefes, franceses, norteamericanos y alemanes. Un gran número de micrófonos y cámaras de tele visión, instalados en el recinto mismo del Haram o gran mezquita de La Meca, permitirá a los responsables de la seguridad controlar los menores movimientos de la multitud.
Para Irán, la presencia en La Meca de expertos occidentales es un "sacrilegio", una nueva prueba de la conniven cia de la casa real saudí con el gran Satán. La República del imam Jomeini ha decidido no enviar este año ningún peregrino. Los saudíes se lo habían puesto muy dificil.
El 31 de julio del pasado año, más de 300 iraníes murieron cuando la policía disolvió con violencia una manifestación contra EE UU e Israel. Jomeini pidió de inmediato que La Meca fuera colocada bajo el control conjunto de todos los países musulmanes, pero su propuesta no encontró eco.
Irán anunció en primavera que enviaría150.000 peregrinos. Según Jomeini, los iraníes pensaban manifestarse de nuevo contra la "arrogancia" mundial. Arabia Saudí respondió con el númerus clausus. "Limitar el número de peregrinos iraníes a 50.000", afirmó, "es el único medio de garantizar la seguridad de todos los fieles y de preservar los santos lugares del Islam".
Los iraníes no han sido los únicos que han utilizado La Meca como plataforma política. En noviembre de 1979, cientos de hombres armados ocuparon la gran mezquita para denunciar "la corrupciónde la dinastía saudí" y "despertar al mundo musulmán de su sopor". Aquellos iluminados proclamaron mahdi o mesías a un estudiante saudí de teología.
La entrada principal del santuario de La Meca se llama Bab Essalam (Puerta de la Paz). Para las gentes que pagan hasta 300.000 pesetas por cabeza por pasar unos días bajo el calor del desierto arábico, el hadj es lo contrario a esas masacres. El Haram de La Meca guarda la Kaaba o casa de Dios, hacia la que los fieles dirigen sus plegarias cinco veces al día. La Kaaba es una construcción cúbica de unos 13 metros de lado y una sóla puerta. En un ángulo, encastrada en plata maciza, guarda la célebre piedra negra. Los peregrinos deben dar siete vueltas en tomo a la Kaaba y luego efectuar siete veces el camino entre los cercanos montículos de Asafa y Al Marwa.
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