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El Gobierno rechaza un pacto ante la presidencia de la CE

La oposición no consiguió ayer que el presidente del Gobierno se comprometiera a implicar a los grupos parlamentarios en una operación de consenso, con vistas a la presidencia de la Comunidad Europea durante el primer semestre de 1989. González, que ocupaba ayer la tribuna de oradores del Congreso por primera vez en los últimos cuatro meses, se limitó a hablar de cuestiones comunitarias y sólo dijo, al final, que "nunca se puede saber quién será el presidente de Europa el próximo año", como si tratara de dejar en el aire la eventualidad de poner en juego su propia presidencia con unas elecciones anticipadas. Después de lanzar esta hipótesis estalló en una carcajada, lo que parece indicar que se trataba de una broma.

El presidente fue materialmente avasallado, al llegar a las Cortes, por numerosos redactores gráficos y cámaras de las distintas televisiones que impidieron un sosegado encuentro informativo a pesar de que el presidente mostró predisposición al contacto informativo. La primera cuestión que se abordó fue en torno a una hipotética crisis de Gobierno, y ésta fue la respuesta: "Esa pregunta siempre tiene la misma respuesta, no sé cómo insisten; otra", con lo que requería una' nueva pregunta.La solicitud de consenso fue planteada especialmente por el portavoz de Minoría Catalana, Miquel Roca; el del CDS, Joaquín Abril, y el del Grupo Popular, Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón. El primero de ellos preguntó al presidente si tendrá algún hueco en su apretada agenda del año próximo para hablar con los demás partidos acerca de la presidencia comunitaria. Joaquín Abril, por su parte, condicionó el consenso a que la oposición ante estos temas, "sea más una cuestión previa a la celebración de las cumbres y con las debidas comunicaciones del Gobierno, que una pura información a posterior¡ sobre ellas".

De rebote

Miguel Herrero, portavoz del Grupo Popular, fue especialmente incisivo en esta cuestión. "Es asombroso", dijo, "que el Gobierno de su señoría tome posiciones sobre la creación de un Banco Central europeo fuera de esta Cámara, y que nos enteremos de rebote". Y tras recordar al jefe del Gobierno que la presidencia comunitaria que se avecina "no es de una persona, sino de un país", reclamó a González la necesidad de pilotar "un amplio consenso". "Deje el plano de lo divino, señor presidente", le recomendó Herrera. "Baje a la política de todos los días y pase de las palabras, en las que vamos a estar de acuerdo, a los hechos". González contestó a Herrero que no hay nada más cercano al suelo que desempeñar la presidencia del Gobierno.

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En sus réplicas a los planteamientos de estos diputados, el jefe del Ejecutivo afirmó que Dinamarca es el único de los 12 países de la CE en que la formación de la voluntad sobre importantes cuestiones exteriores depende del Parlamento, lo cual coloca a los gobiernos en dificultades en muchas ocasiones". "Yo respeto profundamente este sistema, pero no es el que debemos adoptar aquí", añadió González, quien también argumentó en el sentido de que un gran consenso parlamentario en España no sirve para convencer de ciertas cuestiones complejas a la primera ministra británica Margaret Tatcher, o al jefe del Gobierno de la RFA, Helmut Khol.

Prioridades

González mencionó algunas prioridades para la etapa de la presidencia española: avanzar en la definición del espacio social europeo, en la unidad monetaria y en unas relaciones más positivas con Latinoamérica. No obstante, invitó a los parlamentarios a rebajar las espectativas creadas por la presidencia española, aunque no dejó de destacar la reforma del sistema monetario europeo y el avance hacia una política exterior común de la CE como aspectos novedosos del actual proceso comunitario.

Javier Rupérez, de la Democracia Cristiana, hizo hincapié en que el mercado único europeo debe conseguirse "con los principios de la economía social de mercado", y José Antonio Segurado, presidente del Partido Liberal, hizo advertencias sobre la inadecuación de la política económica de España a la entrada de la peseta en el sistema monetaria europeo. Gerardo Iglesias, de Izquierda Unida, opinó que la política social desarrollada por el Gobierno de Felipe González deja poco margen a la esperanza respecto al impulso de la presidencia española en la definición de un espacio social más justo.

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