75 kilómetros de calles serán levantados este año y el próximo para renovar la red de gas
Unos 75 kilómetros de aceras y calzadas de los distritos centrales madrileños serán levantados a lo largo de este año y el próximo, dentro del plan de renovación de la red de gas ciudad. A las obras de sustitución de las tuberías de fibrocemento y fundición gris que quedan, algunas en servicio desde los años cuarenta, se unirán las precisas para transformar las instalaciones de gas ciudad a gas natural, el arreglo de las fugas que se localicen y las obras de ampliación de la red de distribución. En la actualidad se está introduciendo bajo el eje de la Castellana una tubería de 40 centímetros de diámetro y 10 kilómetros de largo que irá desde Atocha hasta la ciudad sanitaria La Paz.
Madrid se va a convertir en un gran queso gruyère en los próximos meses, hecho que ha comenzado a preocupar a los responsables de las juntas municipales, en especial a los de distritos de Centro, Arganzuela, Chamberí, Salamanca y Retiro, en los que viven 725.000 personas. Para este año Gas Madrid tiene previsto sustituir unos 30 kilómetros de red, cifra que el año próximo se ampliará con otros 45 kilómetros. El presupuesto para estas obras se eleva a 800 millones de pesetas."Ante las informaciones llegadas a la junta, he indicado a los técnicos que soliciten a Gas Madrid el aprovechamiento de todas las obras municipales para renovar la red", dice Ginés Meléndez, presidente de la junta de Centro. "Si aparte quieren realizar más renovaciones, deberán presentar un plan bien establecido, dilatado en el tiempo y por sectores", añade.Los técnicos de Gas Madrid afirman que este criterio es el que aplica normalmente la compañía. "En los últimos tres años, el 65% de las actuaciones de renovación de la red se ha realizado aprovechando las obras municipales como las de la Puerta del Sol o Atocha para renovar la red", dice Rogelio Fernández Montero, responsable del departamento de transporte y distribución de Gas Madrid. "La red más antigua está en el centro, y comprendemos que cualquier actuación en esta zona es siempre una molestia. Por eso aprovechamos casi todas las ocasiones en que el Ayuntamiento nos avisa de que va a realizar una obra", asegura.Otro factor que se tiene en cuenta a la hora de decidir si se acomete una obra es el previsible aumento del consumo en una determinada zona. "En un 15% de los casos actuamos porque las conducciones son pequeñas. Por ejemplo, valoramos si en la zona se están rehabilitando viviendas o si existen planes para cambiar las calefacciones de carbón por otras de gas. No hay que olvidar que, según las previsiones, para 1992 se habrá doblado el consumo registrado en 1985 y habrá aumentado en un 50% el número de usuarios", dice Fernández Montero.
Estado de las tuberías
Los técnicos consultados rechazan que la renovación esté causada por el deficiente estado de la red antigua. "De los 1.700 kilómetros de la red, un 20% es de fundición gris (aleación de hierro y carbono) y un 5% es de fibrocemento; el resto es de acero soldado, fundición dúctil y polietileno", afirma este técnico. "Es cierto que los tramos hechos con fundición gris, algunos instalados tras la guerra civil, y los realizados con fibrocemento requieren un mayor mantenimiento. Pero no hay que confundir material antiguo con material viejo. En Inglaterra, de los 250.000 kilómetros de red de gas, un 40%. es de fundición gris".A pesar de este argumento, lo cierto es que el 20% de los tramos incluidos en el plan de renovación -casi en su totalidad hechos de fundición gris y fibrocemento- es cambiado tras comprobar que su mantenimiento sale más caro que su sustitución.
Las obras para renovar la red no son las únicas que Gas Madrid realiza en la ciudad. Aparte de la reparación de las fugas que se producen, la compañía aborda en la actualidad la construcción de un eje de abastecimiento bajo el paseo de la Castellana que permitirá suministrar gas a hoteles, hospitales y edificios institucionales. Asimismo, la compañía tiene proyectado cerrar el anillo de distribución existente en torno a Madrid, que se encuentra únicamente a falta del tramo comprendido entre Peña Grande y la carretera de La Coruña.
Esta mejora de la red motiva la realización de nuevas zanjas. Por ejemplo, para instalar el citado eje de distribución bajo la Castellana se está colocando una tubería de acero revestido de 40 centímetros de diámetro desde la glorieta de Atocha hasta la Ciudad Sanitaria La Paz.
La tubería ha sido puesta ya bajo las calles del Doctor Velasco, Alfonso XII, Antonio Maura y el paseo del Prado. En la actualidad la zanja atraviesa la calle Alcalá, lo que ha obligado a poner grandes planchas de metal sobre la calzada de subida hacia la plaza de la Independencia con el fin de no interrumpir la circulación. rodada. Se calcula que los trabajos durarán hasta mediados de 1989.
En medio de tantas obras no es infrecuente que se produzcan protestas vecinales, sobre todo cuando se levanta una calle arreglada unas semanas antes tras la obra de otra compañía de servicios. "El Ayuntamiento informa de las obras que va a realizar y de las que solicitan las compañías de servicios con el fin de evitar que se realice una intervención tras otra", dice el responsable del departamento de transporte y distribución.
"Es cierto, sin embargo, que a veces se producen desajustes. Puede darse el caso de que Gas Madrid diga que no necesita hacer obras en una calle que va a ser levantada por el Canal de Isabel II y un mes después tengamos que abrir nosotros debido a que una persona ha contratado nuestros servicios. Son casos que no se pueden prever", aseguró.
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