Abel Matutes y Miguel Herrero, partidarios de crear una 'mesa de notables' para rectificar errores de AP
Abel Matutes, comisario de la Comunidad Europea, y Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón, portavoz aliancista en la Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso de los Diputados, están dispuestos a participar -y si es necesario a promover- una mesa de notables de Alianza Popular para negociar con Antonio Hernández Mancha y su actual equipo dirigente acuerdos sobre los más importantes aspectos políticos y de elección de cargos que deberá afrontar el próximo congreso nacional de AP, previsto para enero de 1989
Tanto Matutes como Herrero y otras personas que han conversado recientemente con Hernández Mancha están convencidos de que el actual presidente de Alianza Popular no está en modo alguno dispuesto a abandonar por decisión propia la presidencia del partido y que considera su reelección como un aspecto que no es objeto de negociación.Desde esta constatación y ante la perspectiva de que AP difícilmente resistiría una batalla campal entre sectores enfrentados, ambos parecen decantados hacia una estrategia negociadora.
Abel Matutes, vicepresidente de AP, ha comentado a personas de su entera confianza que, ante la actitud que comprobó en Antonio Hernández Mancha durante la cena que ambos compartieron a solas el pasado lunes, no tendría más remedio que "luchar" con éste para acceder a la presidencia del partido e imponer las rectificaciones que considera necesarias.
Y como no está dispuesto a librar esa batalla, prefiere optar por la renovación de su mandato como comisario de la CE y permanecer como vicepresidente de Alianza Popular tras haber conseguido ciertos cambios en la estrategia y funcionamiento de su partido.
Miguel Herrero ha revelado que está completamente dispuesto a formar parte de una mesa de notables que no sólo concilie pacíficamente las aspiraciones de las personalidades del partido para ocupar determinados puestos, sino que clarifique y racionalice la estrategia de AP. Entre los aspectos que a su juicio requieren una revisión está la falta de entendimiento tanto con los partidos regionalistas y fuerzas centristas como con las organizaciones empresariales y sociales que constituyen la base sociológica del centro-derecha.
Elecciones europeas
Desde su punto de vista, la rectificación de estos y otros errores facilitaría incluso la incorporación a las candidaturas de AP para las próximas elecciones al Parlamento Europeo y las Cortes de personalidades que cosecharían votos fuera de las actuales fronteras aliancistas. En concreto, Herrero ve con buenos ojos que Marcelino Oreja encabezase alguna de esas listas electorales.
Portavoz parlamentario aliancista en los temas de política exterior y máximo representante de su partido en el debate que protagonizará la semana próxima en el Congreso de los Diputados Felipe González para informar de la cumbre comunitaria de Hannover, Herrero permanece por el momento sin hacer declaraciones públicas sobre la política de AP. Derrotado por Hernández Mancha como candidato a la presidencia del partido en el congreso celebrado en febrero de 1987, descarta por completo encabezar de nuevo una candidatura alternativa y considera que no es a él a quien corresponde convocar a los notables para corregir los errores de los últimos 16 meses.
No se opone incluso a que esa iniciativa la tome el actual presidente de AP, pero, en todo caso, está dispuesto a participar en una mesa de negociación promovida por relevantes miembros del partido, según personas de su absoluta confianza.Abel Matutes considera asimismo que la creación de una mesa de notables sería una "buena iniciativa" y ha anunciado que está dispuesto a formar parte de ella. Al parecer, Matutes hizo llegar a Hernández Mancha una propuesta similar en la última conversación personal que ambos mantuvieron en Madrid.
Pocos días antes de esa entrevista, el presidente de Alianza Popular manifestó a este diario que consideraba prematura una reunión de estas características. Poco después inició una ronda de consultas individuales con algunos de los más relevantes críticos de su gestión, como José María Aznar, Abel Matutes y Miguel Herrero.
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