Un voto a favor de la calma

La jornada de cierre de esta atípica semana ha discurrido con bastante más tranquilidad de la que esperaban los operadores, lo que pone otra vez el acento en la resistencia a la baja del mercado. El nivel de las transacciones ha sido aceptable, y las obligadas salidas de este día han sido bien absorbidas en general, sobre todo teniendo en cuenta que también en esta jornada habían de renovarse o cancelarse algunas operaciones de crédito al mercado. El ambiente es, pues, positivo a corto plazo, aunque nadie se atreve a hacer pronósticos que se refieran a plazos superiores a los tres o cuatro días.Los recortes iniciales de los valores eléctricos llegaron a preocupar a los asistentes, aunque pronto se dejó sentir el efecto de la subida de ENDESA, al parecer favorecida por el alza del dólar frente a la peseta, y que ha supuesto un alivio en la trayectoria del valor. Los grupos industriales mantuvieron ese ambiente de indecisión que, al nivel de las cotizaciones, se tradujo en una serie de altibajos que poco o nada resolvían con vistas a la reanudación de la contratación la semana próxima.

Tuvo que ser el sector bancario el que pusiera las cosas en su sitio; esto es, hizo caso omiso de la abundancia de órdenes vendedoras e invitó a la mayoría de los componentes del grupo a repetir su cotización. Los inversores respiraron tranquilos, pues casi se garantizaba la resistencia a la baja en tanto se mantenga la presión del papel en los mismos términos. El volumen negociado subió en relación al día anterior, y las posiciones al cierre comenzaban a interesarse por el mercado, es; decir, registraban los primeros tanteos compradores en medio de un papel abundante.