Los reyes don Juan Carlos y doña Sofía
han mostrado tener mala suerte con los movimientos sísmicos. Al terremoto sufrido en Los Ángeles cuando visitaban aquella ciudad el pasado mes de septiembre hay que sumar ahora el padecido en la mañana del miércoles en Wellington, durante su viaje oficial a Nueva Zelanda. El movimiento sísmico, que tuvo una intensidad 5 en la escala de Richter y se produjo a las siete de la mañana (hora neozelandesa), no fue percibido en absoluto por los Reyes, que, según fuentes de la casa real, ni se despertaron. Lo mismo ocurrió con el séquito oficial, aunque algunos periodistas sí lo percibieron.
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