Inventiva

Por si acaso mi enésima carta pudiera, según su criterio, interesar a algún lector, ahí va. Para no fatigar la inventiva podría ésta titularse Opinión, democracia y delación. Que un escritor tan distinguido como C. Casares insinúe un vínculo causal entre las opiniones de un profesor de Universidad (Xosé M. Beiras) y acciones violentas que corresponden a lo que los sajones denominan la lunatic fringe (o, tal vez, la pura provocación desde la derecha) es ya en sí y por sí un hecho lamentable.Pero si meditamos un poco en recientes experiencias ocurridas bajo un sistema que se supone democrático, como es el italiano, la insinuación de Casares podría ser mucho más grave. Cualquier persona bien informada, y Casares debería estar en tal categoría, recordará el caso Negri. Bastaría sólo un poco de elasticidad interpretativa de ciertos textos legales existentes para que, desde una acción represiva, un teórico del nacionalismo, cuyas opiniones pueden ser tan discutibles como se quiera, diera con sus huesos en el exilio o la cárcel. La libertad de opinión tiene, señor Casares, límites más estrechos de los que usted, ojalá, quizá imagine.- J. F. Pérez.