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El CDS francés tendrá grupo parlamentario propio, pero no se alineará con los socialistas

Lluís Bassets

El partido de tendencia democristiana Centro de Demócratas Sociales (CDS) anunció ayer la formación de un grupo parlamentario autónomo en la Asamblea Nacional que se constituirá la próxima semana, mediante una fórmula que permite la continuidad de la unidad de centro-derecha. Pierre Méhaignérie, su presidente, aseguró que "en ningún caso" se aliarán con los socialistas. "Estamos en la oposición, totalmente en la oposición", aseguró.

Unos 40 de los 52 diputados del CDS pasarán a formar parte del nuevo grupo centrista, al que se sumaran unos 20 diputados de la UDF, entre ellos posiblemente el ex primer Raymond Barre.Por su parte, la UDF reeligió ayer, ya sin la participación del CDS, a Jean Claude Claudin presidente de su grupo parlamentario. Claudin fue el autor del pacto marsellés con el ultraderechista Jean-Marie Le Pen.

Jean Lecanuet, fundador del CDS y presidente de la Unión para la Democracia Francesa (UDF), confederación de agrupaciones en la que está integrado el partido de los demócratas sociales, aseguró que "no hay contradicción entre la formación de un grupo parlamentario y la permanencia en la UDF".

Lecanuet añadió que la Union du Rassemblement et du Centre (URC), la lista electoral de la UDF y de la Asamblea para la República (RPR), deberá seguir viva, aunque con nuevas formas. Posición parecida fue enunciada ayer por el ex ministro del RPR Edouard Balladur, que propugnó la formación de un intergrupo (asociación de grupos parlamentarios) RPR-UDF. Ambas formaciones, aliadas en la mayoría de gobierno desde 1986 hasta 1988, contaban con grupos parlamentarios separados en la Asamblea Nacional.

Balladur pidió un compromiso de listas únicas de la URC para todas las elecciones próximas y la aprobación de un sistema de designación del candidato a la presidencia de la República, una especie de primarias dentro de la derecha, que evitarían la competencia entre dos candidaturas como les ocurrió a Jacques Chirac y a Raymond Barre.

Forcejeo

La autonomía del centro político se convierte así en un forcejeo en el que confluyen dos magnetismos: el de la unidad de la derecha, en la que rivalizan el ex presidente Giscard d'Estaing y el neogaullismo (RPR), y el de la alianza de centro-izquierda propuesta por François Mitterrand como perspectiva de su Gobierno socialista de apertura.

Este forcejeo esconde, en realidad, la rivalidad personal entre Giscard d'Estaing y su ex primer ministro Raymond Barre por ocupar y liderar el centro, primero, y más tarde por conseguir la candidatura a la presidencia de la República.

Pierre Méhaignérie, en sus difíciles contorsiones por equilibrar la autonomía de su grupo y la unidad de la derecha, se halla atrapado entre ambas presiones. Debe formar grupo aparte para evitar que el espacio del centro sea ocupado por Raymond Barre, cuyas propuestas políticas se acercan de forma inquietante para el resto de la derecha a las de François Mitterrand, y debe evitar la acusación de fraccionador de la derecha.

Barre y la ex ministra Simone Veil han formado un Grupo de Iniciativa y Reflexión en el que hay diputados de todos los grupos de centro-derecha, en cuyas reuniones se está fraguando la estrategia paralela a todos los desplazamientos de las fuerzas políticas. Si el CDS decidiera no aprovechar la oportunidad que le han proporcionado las urnas de adquirir una personalidad diferenciada, sería Barre quien tomaría nuevas iniciativas para articular el centro.

El paso que acaba de realizar el CDS es la condición necesaria para un posterior acercamiento al partido socialista, pero no es la condición suficiente. Contará en la evolución del grupo la habilidad del Gobierno de Rocard para crear corrientes de simpatía y votaciones conjuntas en la Asamblea Nacional. Contarán también las elecciones locales (cantonales el próximo otoño y municipales en marzo) y la capacidad de los socialistas por conseguir la inversión de alianzas mediante acuerdos con el CDS.

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Sobre la firma

Lluís Bassets
Escribe en EL PAÍS columnas y análisis sobre política, especialmente internacional. Ha escrito, entre otros, ‘El año de la Revolución' (Taurus), sobre las revueltas árabes, ‘La gran vergüenza. Ascenso y caída del mito de Jordi Pujol’ (Península) y un dietario pandémico y confinado con el título de ‘Les ciutats interiors’ (Galaxia Gutemberg).

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