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La venta del primer lote de tesoros de los galeones españoles produce cerca de 300 millones de pesetas

Un representante español adquirió varias piezas para el Museo de América

"Adelante, señoras y señores; aquí nos encantan los números redondos", dijo Brian Cole, presidente del comité técnico de la empresa neoyorquina de subastas Christie's, encargado de dirigir la puja por el primer lote de tesoros rescatados de los galeones Nuestra Señora de Atocha y Santa Margarita que se subastó el martes por la tarde en Nueva York. Las 300 personas que llenaban el salón de subastas permanecían en un silencio sobrecogido. Cole estaba a punto de rematar la venta de una cadena de oro renacentista. El marcador de pujas señalaba 290.000 dólares (unos 33 millones de pesetas). Instantes después, Cole la declaraba vendida. De los 200 objetos del primer lote fue éste el que alcanzó una mayor cotización en una venta que produjo 2.586.433 dólares (cerca de 300 millones de pesetas).

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Ayer continuó la subasta con un segundo lote compuesto por lingotes y monedas de plata. En la puja del primer lote se hallaba presente un representante del Ministerio de Cultura, el catedrático de la Universidad de Madrid, José Manuel Cruz Valdovinos, que adquirió ocho piezas para el Museo de América.Eran exactamente las 18.32 horas del martes, hora de Nueva York, cuando un timbre en el salón de pujas de Christie's anunció el inicio de la subasta. Bajo la experta dirección de Brian Cole, un hombre de incansable verbo y rapidísimos reflejos a la hora de descubrir nuevas pujas, salían a la venta unos 200 artefactos, instrumentos, joyas, monedas y lingotes de oro y plata, así como una destacable colección de esmeraldas talladas y en bruto, entre ellas un broche engarzado en oro que fue adquirido por el representante oficial español, tras reñida puja, por un precio final de 40.000 dólares (4.560.000 pesetas).

Los resultados globales de la subasta del primer lote de tesoros estuvieron un tanto por debajo de las estimaciones iniciales de Christie's, y en ello pareció influir un tanto el capricho de los compradores, que dejaron pasar algunas piezas a precios bastante inferiores a los previstos -como fue el caso de un rosario de coral rojo y oro, vendido por 140.000 dólares (16 millones de pesetas) que la sala de subastas había tasado entre los 150.000 y los 250.000 dólares-, mientras que otras piezas en principio más baratas fueron objeto de pujas enconadas, que hicieron subir su valor final por encima de lo inicialmente tasado.

La subasta dirigida por Brian Cole, que animaba sus ofertas con comentarios tales como "vean este espadín del siglo XVII, un arma muy utilizada en la marina española de la época y también hoy día en el metro de Nueva York", funcionaba mediante pujas en directo por parte de compradores presentes en la sala, pujas por teléfono transmitidas por empleados de Christie's en contacto constante con compradores anónimos y pujas por escrito. En conjunto, Cole pasó tres horas y media hablando sin parar.

Tipología de la opulencia

El salón de subastas estaba presidido por una hilera de aparadores acristalados donde se exponían las piezas a la venta y por un marcador electrónico que señalaba automáticamente la última puja en dólares y la convertía al instante a libras esterlinas, pesetas españolas, escudos portugueses, marcos alemanes, yens japoneses y liras italianas.

El público que acudió a Christie's, a pujar o a presenciar la venta, cubría un amplio espectro en la tipología de la opulencia que puede observarse a diario en los lugares caros de Nueva York. Desde caballeros mortalmente serios, vestidos de oscuro y armados de suntuosos maletines, hasta damas que parecían recién salidas del rodaje de Dallas o Falcon Crest.

Una de las mayores sorpresas de la subasta la ocasionaron los cuatro astrolabios o agujas de marear que salían a la venta. Todos ellos, según ftientes de Christie's, fueron comprados por representantes de museos navales. Hasta ahora había solo 57 de estos primitivos instrumentos de navegación catalogados en todo el mundo por Allan Stimson, responsable del National Maritime Museum de Gran Bretaña. Los hallazgos del Atocha y el Santa Margarita han elevado esta cifra a 61. El más interesante de los cuatro instrumentos subastados en Christie's -el único fabricado en España, en 1616- se cotizó a 55.000 dólares (6.270.000 pesetas). Otro de los astrolabios, el mejor conservado de los cuatro, de fabricación portuguesa, se vendió por 65.000 dólares (7.410.000 pesetas). "Es evidente que había por lo menos dos compradores que no querían de ningún modo quedarse sin astrolabio", dijo a este diario uno de los directivos de Christie's.

El representante del Ministerio de Cultura Español en la subasta, José Manuel Cruz Valdovinos, adquirió ocho piezas, casi todas de precios moderados o intermedios, con la excepción de un broche de esmeraldas engarzadas en oro que alcanzó los 40.000 dólares (4.560.000 pesetas). Cruz Valdovinos precisó que estas piezas irán al Museo de América y señaló que "sólo se nos ha escapado uno de los objetos que nos interesaban".

De entre las piedras preciosas recuperadas de los galeones y subastadas el martes en Christie's, la que mayor cotización alcanzó fue una esmeralda de sobresaliente tamaño finamente tallada y encastada en un anillo de oro ricamente trabajado y probablemente hecho en Bélgica o Flandes, ya que un anillo muy similar aparece en el cuadro de Brueghel el Joven, Naturaleza muerta con joyas, expuesto en el museo nacional de Bellas Artes de Bruselas. Este anillo fue adquirido por 72.000 dólares (8.208.000 pesetas) tras una encarnizada puja.

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