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Miles de catalanes rinden homenaje a Josep Tarradellas en su capilla ardiente

Más de 15.000 personas habían desfilado a media tarde de ayer ante el féretro del ex presidente de la Generalitat Josep Tarradellas, cuya capilla ardiente había quedado instalada a primeras horas de la madrugada en el salón de Sant Jordi del Palau de la Generalitat. Destacadas personalidades de la vida política, social y cultural catalana, a las que se sumaron otras procedentes del resto de España, le rindieron homenaje. El ex presidente Adolfo Suárez, bajo cuyo Gobierno fue restablecida la Generalitat, acudió a las 19.15 a la sede del Gobierno catalán para rendir homenaje a quien llegó a ser su amigo personal.

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Suárez, que dijo encontrarse "profundamente apenado" por el fallecimiento, recordó "las horas difíciles compartidas durante la transición" y afirmó que Tarradellas "transmitió una imagen gobernable de Cataluña".A las nueve de la mañana ya se habían concentrado ante las puertas de la sede del Gobierno catalán, en la plaza de Sant Jaume, algo más de un centenar de personas. Media hora más tarde se abrió la capilla ardiente al público, que ya no dejó de desfilar, aunque sin aglomeraciones, ante el féretro del ex presidente. Sólo la hora del almuerzo y la posterior retransmisión televisiva del partido de fútbol entre las selecciones nacionales de España y Dinamarca impusieron un parón en el desfile ante los restos mortales. El cardenal arzobispo de Barcelona, Narcís Jubany, una de las primeras personas que acudió por la mañana a la capilla ardiente de Tarradellas, ofreció un breve responso por el alma del ex presidente, que falleció en la tarde del pasado viernes, a la edad de 89 años.

El féretro de Tarradellas estaba cubierto por una senyera sobre la que una mano anónima había depositado un clavel rojo, y custodiado por cuatro mossos en uniforme de gala. Por el Palau desfilaron ayer, entre otros, el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol; los miembros del Gobierno catalán; el ministro de Defensa, Narcís Serra; el alcalde de Barcelona, Pasqual Maragall, al frente de la corporación municipal en pleno; los consellers de la Generalitat provisional que presidió Tarradellas; el presidente del Comité Olímpico Internacional, Juan Antonio Samaranch, quien como presidente de la Diputación de Barcelona dio el relevo en 1977 a Tarradellas cuando éste fue nombrado presidente de la Generalitat restaurada; los cantantes Joan Manuel Serrat y Montserrat Caballé. Todos coincidieron en destacar la importancia histórica y política que para Cataluña tuvo la figura de Josep Tarradellas.

El patio que servía de antesala a la capilla ardiente estaba repleto de coronas y ramos de flores remitidas por instituciones, partidos políticos, asociaciones, clubes deportivos e, incluso, una firma comercial.

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