Felipe González recibe el jueves a Mario Conde y a Alfonso Escámez
"Yo estoy muy tranquilo", suele repetir Mario Conde estos días a quienes le preguntan por su estado de ánimo tras la brecha abierta en el propio Banesto por los socios de Cartera Central. "Tienen tres días de plazo para hacer algo concreto; después, su suerte estará echada".El presidente de Banesto se refiere a la entrevista que el próximo jueves, 16 de junio, el presidente del Gobierno, Felipe González, concederá a los líderes de Banesto y Central, tras las reuniones de los consejos respectivos, en los cuales se deben aprobar las bases de la fusión.
Cuando el martes 7 de junio se hizo pública la presencia de Cartera en el capital de Banesto, con un 2% de su capital, el nuevo hombre fuerte de Castellana, 7, hizo llegar a las altas esferas políticas y económicas su cansancio por esta guerra sin cuartel. "Si me siguen castigando el hígado", filtró Conde, "tiro la toalla y no hay fusión". La respuesta no se hizo esperar. Al día siguiente, miércoles, el gobernador del Banco de España venía a decir que la fusión es poco menos que sagrada; para la disputa, la autoridad recomienda negociar, pero, en todo caso, remite a la ley de Sociedades Anónimas, un recordatorio que no debe haber sonado demasiado bien en los oídos de los socios de Cartera.
En efecto, según dicho texto legal, a Cartera Central le corresponderían dos consejeros en el Banco Central, en lugar de los siete que Alfonso Escámez se comprometió a incluir pocos días antes de la última junta de accionistas de la entidad.
Pero ésta ya no es una historia de consejero arriba o abajo. Ésta es una pelea de mucho más calado, con un componente político evidente. Y las dos partes en liza, como los contendientes de un torneo medieval, aspiran. a la mano de la dama que está en la tribuna, es decir, el Poder con mayúscula.
Mario Conde cree tener el favor del Gobierno, o al menos de una parte del mismo. Pero igualmente seguros están Los Albertos (Alberto Cortina y Alberto Alcocer). El pasado fin de semana, antes de lanzar su ofensiva sobre Banesto, los dueños de Construcciones y Contratas recibían el visto bueno de las alturas, como antes lo habían recibido del Banco de España. Los buenos oficios de Enrique Sarasola, socio de Ibermer -entidad que participó en la creación, de Cartera Central-, habían dado resultado.
Sin embargo, Conde tiene una baza fundamental: el Gobierno necesita esta fusión, porque ello supone cerrar el interrogante del futuro del Banco Central. Las aguas van a estar más o menos calmadas hasta la junta general del banco que preside Alfonso Escámez, convocada para el próximo 25 de junio. Si Los Albertos salen de la misma con la cabeza caliente y los pies fríos, es posible que vendan. Escámez y Conde están dispuestos a recomprar. El bufete de Fernando Escardó está esperando.
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