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FRANCIA ELIGE PARLAMENTO

La 'auténtica' campaña electoral se pone en marcha

Lluís Bassets

La campaña para la elección de la nueva Asamblea Nacional francesa empezó propiamente el mismo domingo por la noche, tras conocerse los resultados de la primera vuelta. Hasta ese momento sólo se había desarrollado una semana de campaña desabrida y sin movilización para los votantes, que desinteresó a los ciudadanos y propició la tasa de abstención más alta de toda la historia de la V República, un 34,25%. Los resultados ajustados e inciertos del domingo, con un empate en votos entre los mitterrandistas y la lista única de la derecha, y la alta abstención han obligado a todos los aparatos políticos a intensificar la movilización de sus militantes.

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La abstención tiene la llave de la mayoría

Al mismo tiempo, los estados mayores del partido socialista y de la Union pour le Rassemblement et le Centre (URC) intentan poner en claro la política de alianzas más adecuada para tratar de conseguir una mayoría parlamentaria el próximo 12 de junio.Aunque todas las proyecciones para el próximo domingo auguran una mayoría ajustada de escaños para el partido socialista, que debe permitir el mantenimiento de Michel Rocard como primer ministro, la derecha no se considera vencida y aspira todavía a una victoria que obligue a Mitterrand a aceptar una nueva cohabitación, que debería tener, según ha manifestado el ex presidente Valéy Giscard d'Estaing, unas características totalmente nuevas respecto a la cohabitación protagonizada por François Mitterrand y Jacques Chirac.

La "nueva cohabitación" deseada por Giscard d'Estaing es la traducción para la derecha de la "apertura al centro" propuesta por el presidente Mitterrand. La diferencia entre ambas viene definida por una mayoría parlamentaria distinta y por la dirección del Ejecutivo más que por los programas de gobierno, que serán forzosamente mucho más próximos en las actuales circunstancias, en las que existe una alternativa entre centro-derecha y centro-izquierda.

La separación entre las dos grandes formaciones que mandan en el tablero político francés, la URC y los mitterrandistas (suma del partido socialista, los radicales de izquierda y los escasos centristas convencidos de la apertura) es, en los resultados finales, de poco más de 10.000 votos en favor de la primera. La URC sola obtuvo el 37,67%, pero el total de la derecha no extremista (URC más el conjunto de los candidatos independientes de derecha) suma un 40,52% de los votos, mientras que el partido socialista llega al 37,55%, un resultado muy parecido al que le consolidó en el poder en 1981 tras la primera eleción de François Mitterrand a la presidencia.

Los resultados del pasado domingo, aunque pudieran parecer mediocres a primera vista, constituyen en perspectiva un éxito del partido socialista, que se consolida una vez más como el principal partido francés, se implanta en regiones donde su presencia era todavía muy escasa y se sitúa en buena posición para obtener la mayoría el próximo domingo.

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La derecha, gracias a la disciplina impuesta principalmente por Giscard d'Estaing, ha conseguido aguantar muy bien el golpe de la elección de Mitterrand y eliminar prácticamente el anunciado efecto de inercia socialista de la elección presidencial. De los 119 diputados elegidos directamente en la primera vuelta de anteayer, 78 pertenecen a la URC, mientras que 40 son socialistas y uno comunista.

Los 'notables' locales

En las elecciones del domingo se demostró el peso de los notables locales y de los políticos que han pasado por el Gobierno y cuentan con una buena imagen pública, especialmente televisiva. Una gran mayoría de ellos venció ayer directamente y el resto se sitúa en posición favorable para obtener el escaño el próximo domingo, a excepción de los notables del Frente Nacional de Jean Marie Le Pen, todos en posición difícil.La nueva mayoría se jugará, por tanto, sobre las 458 circunscripciones en las que nadie ha obtenido más del 50%. En ellas será decisiva la actitud que adopten los candidatos comunistas y los lepenistas que hayan superado la barra del 12,5% de inscritos. Si se retiran, favorecerán al candidato de su campo más próximo, y en caso contrario, lo situarán en difícil situación para la elección. Ninguna de las dos fuerzas realizará el gesto gratuitamente, sino que exigirá contrapartidas, que tienen distinta traducción política.

Mientras que las renuncias y los traslados de votos del Frente Nacional en favor de la derecha pueden poner en riesgo la propia y escasa cohesión de la URC por el lado de los centristas, una idéntica actitud del PCF con respecto al PS será más digerible, pues forma parte de los comportamientos electorales tradicionales en la izquierda.

[Por otra parte, la violencia volvió ayer al territorio francés ultramarino de Nueva Caledonia. Según la policía local, un hombre de origen europeo resultó muerto y otro herido en el ataque perpetrado a media tarde de ayer por un grupo armado contra una granja del valle de Nimbayé, a ocho kilómetros de Ponerihouen y unos 150 kilómetros al norte de la capital, Numea, en la mayor de las islas de este archipiélago del Pacífico sur, informa France Presse.]

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Sobre la firma

Lluís Bassets
Escribe en EL PAÍS columnas y análisis sobre política, especialmente internacional. Ha escrito, entre otros, ‘El año de la Revolución' (Taurus), sobre las revueltas árabes, ‘La gran vergüenza. Ascenso y caída del mito de Jordi Pujol’ (Península) y un dietario pandémico y confinado con el título de ‘Les ciutats interiors’ (Galaxia Gutemberg).

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