Obiang no impidió el regreso de Moto a Guinea Ecuatorial

El presidente guineano Teodoro Obiang contraatacó ayer con una fría indiferencia a la primera baza jugada por su rival, el dirigente del opositor Partido del Progreso, Severo Moto, con su regreso a Malabo tras seis años de exilio para forzar una apertura democrática. Tras haber logrado entrar en el país, sin los temidos obstáculos, Severo Moto y su brazo derecho, el abogado José Luis Jones, se dispusieron a esperar la siguiente jugada: la respuesta del presidente a una petición por parte del vicepresidente de la Internacional Demócrata Cristiana, André Louis, que los acompañó con una carta de la Comunidad Europea a favor de sus gestiones.Por el momento, el presidente, que hoy cumple 46 años, no se ha pronunciado. Ante la posibilidad de que Obiang juegue a la neutralización de los planes de la oposición por medio del aislamiento, Moto se limitó a comentar: "Nosotros hemos puesto la pelota en el tejado del Gobierno; agradecemos su tolerancia pero no deben olvidar que no renunciaremos a nuestros objetivos".

Severo Moto, ex ministro de Información del presidente Teodoro Obiang, no viajó a Malabo con el previsto paraguas de congresistas españoles que cancelaron al último momento su participación en la denominada operación retorno en libertad alegando "razones técnicas". Tampoco estuvieron con él y su camarada José Luis Jones -que actuó como fiscal en el juicio contra el dictador Macías- el representante de la Asociación pro Derechos Humanos y que a la vez actuaba como representante de Amnistía Internacional, que adujo razones económicas.

Sólo acudió a la cita del viernes con destino a Malabo el vicepresidente de la Internacional Demócrata Cristiana, André Louis, que los acompañó con una carta dirigida al presidente Obiang por parte de la comisión ACP -Africa, Centroamérica y Pacífico- de la Comunidad Europea. En este mensaje se advierte al presidente de la llegada el próximo día 18 a Malabo de tres parlamentarios europeos para ofrecer un plan de repatriación de los guineanos que actualmente se hallan en el exilio a cambio de la apertura democrática que pide el Partido del Progreso.