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La OCDE es optimista, respecto al futuro de la evolución económica de Estados Unidos

El informe económico sobre Estados Unidos elaborado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) es optimista sobre el futuro inmediato de su economía. El optimismo se basa en la reducción del déficit: público pactada entre la Administración y el Parlamento en la ley de Presupuesto Equilibrado, una menor demanda interna y la recuperación de las exportaciones.

La OCDE señala en el informe que la economía estadounidense evolucionó en 1987 como se esperaba, reflejando una mayor competitividad externa, alentada por la sistemática depreciación del dólar desde comienzos de 1985.La organización internacional propone como receta para una mayor estabilidad económica de Estados Unidos precisamente una reducción de la demanda interior, liberando capacidad productiva para la exportación, un, firme control sobre el mercado de trabajo para impedir costes mayores y sujetar el riesgo de inflación, y ayuda de los otros aliados industrializados, que deberían alentar su demanda interna para absorber la producción estadounidense.

La OCDE estima que están sentadas las bases para una mejoría de la balanza estadounidense por cuenta corriente, situación que permitiría librar al dólar de la persistente presión devaluatoria. Sin embargo, la receta y las expectativas tienen su reverso, y éste suena alarmante. Si el gasto en consumo de los estadounidenses cae excesivamente -la OCDE no cuantifica esta eventualidad-, al mismo tiempo que se ajusta la producción, la nación puede caer en la recesión.

Otra duda seria es si la tasa de ahorro interior crecerá de acuerdo con las necesidades de una producción en expansión. Si el ahorro interior se queda corto, el país dependerá del ahorro de no residentes, que ya es difícil de atraer. Un riesgo nada desdeñable, señalado por el informe, es que la demanda interna estadounidense se coloque por encima de las estimaciones del secretariado de la OCDE, en cuyo caso podría demorarse una rectificación del equilibrio comercial con el exterior desatando tensiones inflacionistas.

Política monetaria

La advertencia es clara. Si estos riesgos irrumpen, reaparecerá la turbulencia en los mercados financieros y de cambios, dificultando la tarea de la política monetaria.

Estas matizaciones, que incluyen con especial énfasis la posibilidad de presión en el mercado de trabajo elevando los costes de producción, hacen del optimismo de la OCDE una expectativa tan condicionada como para que no se le puedan reprochar avatares futuros. En las 39 páginas dedicadas a analizar los mercados financieros, el informe hace hincapié en los beneficios decrecientes de la banca erosionados por la masa de impagados.

Es curioso observar la discrepancia de cifras en materia de déficit federal entre las proyecciones de la OCDE y las de la Administración estadounidense. La OCDE no hace en el informe mayores comentarios sobre esta discrepancia, pero señala que el déficit decrece y considera este indicio alentador. Respecto del déficit señala que a largo plazo se deberá eliminar, pero centra las preocupaciones en los temas ya señalados.

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