Convergència i Unió elaborara una ley electoral para primar el voto en las zonas rurales de Cataluña

Convergència i Unió (CiU) comenzó a trazar ayer las líneas básicas de una ley electoral específica para Cataluña para regular las próximas elecciones autonómicas. La nueva ley, que se plantea a menos de 24 horas del primer gran susto electoral de CiU desde 1980, pese al mantenimiento de la mayoría absoluta, estará encaminada a primar el voto de las zonas rurales, donde la coalición de nacionalistas conservadores y democristianos obtiene sus mejores resultados. CiU atribuyó ayer el descenso de votos a la abstención y rechazó que los más de 100.000 votos perdidos fueran un voto de castigo.

JOSÉ ANTICH, El secretario general por delegación de Convergència Democrática (CDC), Miquel Roca, manifestó que los resultados demuestran que "el PSC jamás ganará las elecciones autonómicas si no cambia su estilo político". Roca valoró los resultados como una fijación del mapa político catalán y resaltó que ni Alianza Popular (AP) ni el Centro Democrático y Social (CDS) han reforzado en las elecciones catalanas su papel de alternativa al PSOE.Los dirigentes de la coalición que dirige Jordi Pujol interpretan que una de las causas de la abultada abstención (por encima del 40%) es que las circunscripciones electorales son demasiado grandes y de ahí proviene el proyecto de elaborar una ley electoral que tenga en cuenta la nueva organización territorial de Cataluña por comarcas y la figura del diputado comarcal.

Roca se refirió indirectamente a la nueva ley electoral cuando aseguró ayer a este diario que el sistema actualmente vigente "es muy bestia". Según Roca, el hecho de que una circunscripción como Barcelona tenga más de 3.500.000 de electores y elija a 85 diputados "provoca una desconexión entre el ciudadano y sus representantes en el Parlament".

División por comarcas

Portavoces oficiales de la coalición nacionalista aseguran que para la discusión de la ley se buscará "el momento más oportuno" y se intentará aproba-rla "con el mayor consenso posible". La opinión generalizada entre los dirigentes de CDC era ayer que "no debe extrañar" que se busque la adecuación de la ley Electoral a la división administrativa y política "más propia de Cataluña", como son las comarcas.

Un cambio electoral de esta naturaleza puede recordar el ilue se produjo en Francia en las primeras elecciones legislativas de la V República cuando la división de las circunscripciones facilitó la abrumadora victoria de los gaullistas, que, con 4,7 millones de votantes, obtuvieron 189 escaños, mientras que los comunistas, con 3,7 millones, consiguieron 10 actas.

La aprobación de la nueva ley Electoral precisará de la mayoría absoluta de la Cámara catalana, según el reglamento del Parlament, ya que está considerada como una de las leyes de desarrollo básico del Estatut. CiU no tendrá problemas para su aprobación, ya que dispone de 69 diputados, uno más de los que forman la mayoría absoluta.

Con esta nueva ley, CiU intentará romper el techo electoral de 1984, que se ha revelado en estos comicios como un listón infranqueable. Pese a haber renovado su mayoría absoluta, los resultados conseguidos quedan lejos de las previsiones que el propio Pujol se había trazado y de las expectativas de las encuestas. El presidente de la Generalitat perseguía un doble objetivo electoral: el 50% de los votos y un fuerte incremento en el cinturón de Barcelona a cuyos electores más ha cultivado durante la campaña.

El 50% lo ha superado en Lérida y Gerona, pero no en Barcelona y Tarragona. En 1984 obtuvo el 46,6% en el conjunto de Cataluña y el pasado domingo retrocedió casi un punto. En cuanto al cinturón, el incremento en las principales ciudades es inapreciable. Por el contrario, ha retrocedido considerablemente en poblaciones tan fieles como Vic, Figueres, Banyoles o Balaguer. Este dato le sirve: a Roca para argumentar que la abstención "es clarísimamente nuestra".

El reelegido presidente de la Generalitat emplazó ayer a dentro de 15 días para tratar de los cambios que se producirán en su Gobierno. Pujol inició anoche unas cortas vacaciones en las que empezará a reflexionar sobre la composición del nuevo Ejecutivo. Los cambios afectarán, al menos, a los departamentos de Gobernación, Justicia, Trabajo, Sanidad, Educación y Política Territorial.