El encuentro Aquino-González intenta romper barreras, dice el ministro filipino de Exteriores
Raúl Manglapus, el influyente ministro de Asuntos Exteriores de Filipinas, explicó ayer a EL PAÍS, en Manila, el contenido del encuentro González-Aquino, que pretende "romper" barreras" y abrir "nuevos puentes" entre ambos países, tanto en la mejora de las condiciones sociales de los filipinos que residen en España, como en materia de intercambios comerciales y culturales entre dos países con pasados políticos dictatoriales y que han recuperado las libertades democráticas.Pregunta. ¿Qué destacaría usted del contenido de este primer encuentro al más alto nivel entre filipinos y españoles?
Respuesta. El acuerdo firmado el sábado sobre tema de Seguridad Social beneficiará a los filipinos que están en España, que, desgraciadamente, no pudieron aprovecharse de la amnistía otorgada recientemente, y habrá que buscar otros caminos para que puedan legalizar su situación en España. Es importante también la concesión de nuevas líneas de créditos españoles a Filipinas.
P. ¿Cómo ve Filipinas la dimensión de España como miembro de la Comunidad Europea?
R. De manera positiva, siempre y cuando sirva para contribuir a reforzar, a su vez, nuestra presencia en Europa. Al comienzo de su recuperación económica, España era un poco reticente en cuanto a ser un poco nuestro portavoz o abogado dentro de la Comunidad Europea, porque allí tenemos varios problemas, la mayoría derivados del proteccionismo.
P. ¿Cree que España debería participar en el miniplan Marshall propuesto por Estados Unidos, o es preferible una cooperación bilateral?
R. Pienso que lo que necesitamos es una iniciativa europea y también japonesa. El hecho de que España esté dando un salto ya no sólo como país económicamente recuperado, sino que comienza a ser conocido como potencia económica, le sitúa en buena posición para potenciar las iniciativas conjuntas a favor de Filipinas. El ministro Ordóñez me aseguró que España está interesada en participar en el plan, pero no llegamos a concretar el punto para que España pueda ser el iniciador de este movimiento, dentro del contexto de la Comunidad Europea.
P. A nivel bilateral, ¿qué opina que debería hacer España para estimular las relaciones comerciales y económicas con Filipinas?
R. Pienso que España debe escapar a cualquier tentación proteccionista y, por ejemplo, en el caso del aceite de coco -una de nuestras principales fuentes de exportación- debe abrir más sus mercados y apoyar también nuestras posturas en el seno de la Comunidad Europea.
P. ¿Cómo podría establecer un mejor intercambio a niveles culturales?
R. Debe ser con el empuje para visitas de hombres de cultura, escritores y políticos que representan ideas modernas, democráticas y social revolucionarias, para que así surja esa nueva imagen del español como idioma de la liberación y no de la opresión, tanto en España como en Latinoamérica. Hay que tratar de identificar el hispanismo con la democracia y la revolución cultural