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Los últimos del casino

Curas y monjas abundaban ayer en el Casino Español, en Manila, donde el presidente Felipe González recibió a la colonia española residente en Filipinas, para dirigir unas palabras, apretar muchas manos y tomarse un refresco."Nosotros pensamos en no acudir", dice una dominica, "porque sabemos que hay muchos problemas entre el Gobierno y la Iglesia en España". "Pero", añadió sor Isabel, pamplonica, "me ha gustado mucho lo que ha dicho de que no estaríamos aquí desde hace tantos siglos si no me moviera algo interno tan fuerte".

Ramón Balaguer, un empresario catalán, dijo: "Me ha emocionado ver por primera vez tantas banderas españolas en Manila". Para el riojano Jesús Armas, propietario de un restaurante español en Manila, "lo importante sería ver que esta visita tiene continuidad para estrechar lazos entre Filipinas y España". "Vine aquí como pelotari y ahora me dedico a los negocios en un país que me encanta", añadió el vasco Fernando Alcaín, en el recinto de un Casino Español -dice la reducida colonia española que controlado y por los chino-filipinos-, cuyas paredes no parecen afectadas por la historia, al figurar aún entre las banderas de las provincias españolas la del Sáhara.

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