Margaret Thatcher,
primera ministra británica, se declaró ayer "muy apenada" por la muerte durante la noche del jueves del gato Wilberforce, que fue asignado al número 10 de Downing Street en 1973 para acabar con los ratones de la residencia oficial de los primeros ministros del Reino Unido. El gato, al que pomposamente se le conocía como "el mejor cazador de ratones del Reino Unido", ha prestado sus servicios a cuatro primeros ministros hasta su jubilación el año pasado, en atención a su avanzada edad, en que fue trasladado a una residencia campestre, donde murió mientras dormía.
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