Manila recibe al presidente con una mezcla de interés y recelo

ENVIADO ESPECIAL La visita oficial del presidente del Gobierno español, Felipe González, a Filipinas, a invitación de la presidenta Corazón Cory Aquino, ha creado un ambiente entre el interés y el recelo en los medios políticos, y sobre todo períodísticos, de Manila. Muchos ven la oportunidad de estimular la cooperación entre ambos países, mientras que algunos recuerdan viejos clichés de un pasado colonia¡ español que fue sustituido, y continúa vigente en muchos aspectos, por otro estadounidense.

Felipe González llegará mañana a Manila a las 16.30 (22.30, hora peninsular) para una estancia de tres días de duración, antes de seguir viaje hacia Indonesia, donde se entrevístará con el presidente Suharto. González será recibido en el aeropuerto internacional Benigno Aquino por la carismática presidenta Cory Aquino, que en febrero de 1986 logró desplazar del poder al dictador Ferdinand Marcos -actualmente en el exilio en Hawai.

El presidente del Gobierno español, que viaja acompañado del ministro de Asuntos Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez, y por el de Economía, Carlos Solchaga, mantendrá dos tandas de conversaciones con Aquino, junto a una sesión ante el Senado filipino, una reunión con medios empresariales y un encuentro con la colonia española residente en Filipinas. Éste país desea que España abra más su mercado para productos filipinos y España quiere estimular la inversión privada hacia Filipinas.

Aunque la posición del Gobierno socialista español fue anti-Marcos durante los últimos años de la dictadura en Filipinas, la actual visita del presidente del Gobierno español despierta ciertos recelos, sobre todo entre algunos comentaristas de los diarios filipinos.

400 años de colonización

España fue la potencia colonia¡ en Filipinas durante casi 400 años antes de ser desplazada por EE UU desde 1898. La única herencia visible de la presencia española sigue siendo la tradición religiosa: un país donde el 85% de los 57 millones de habitantes, esparcidos por más de 7.000 islas, es de religión católica.

El hecho de que España apoye una iniciativa privada hispano-filipina -tema incluido dentro de la visita de González- para la reconstrucción del célebre galeón de Manila, que durante la colonización hacía la ruta entre Manila Y la nueva España (México), aviva las polémicas periodísticas en Manila sobre el pasado colonizador español.

Ello contribuye a que en el diajio The Philippine Star, uno de sus principales columnistas ironice sobre el proyecto de reconstruir el galeón de Manila, que en 1992 navegaría desde Filipinas hasta España. El imismo columnista ataca también indiscriminadamente a la Prensa y a la televisión españolas, basándose en una carta de un británico retirado, residente en Madrid, según el cuál existiría poco menos que una campaña antifilipina en los medios de comunicación españoles, lo que da pie al articulísta para despertar viejos demonios antiespañoles y acabar señalando, según él, que "África empieza en los Pirineos". Una visión no muy acertada para un país, Filipinas, que esperar estimular las relacnones económicas con un país miembro de la Comunidad Europea.