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Cultura y Obras Públicas financiarán las obras del nuevo teatro de la Ópera

Los ministerios de Cultura y Obras Públicas firmaron ayer un convenio para financiar conjuntamente las obras de rehabilitación y adaptación del teatro Real como nuevo teatro de la ópera, por lo que el viejo edificio de la plaza de Isabel II recuperará el destino para el que fue construido, en 1850. Las obras se extenderán hasta 1992 y supondrán una inversión total de 5.800 millones de pesetas.Según el convenio firmado ayer por Javier Sáenz de Cosculluela y Luis Solana, ministros de Obras Públicas y Cultura, respectivamente, el MOPU se compromete a aportar en los próximos cuatro años 2.000 millones de pesetas, destinados fundamentalmente a costear las obras arquitectónicas y de rehabilitación del actual teatro Real. Cultura aportará 2.500 millones, para las instalaciones de maquinaria escénica, iluminación y sonido. Los restantes 1.300 millones se conceptúan como aportaciones complementarias. Ambos ministerios se comprometen a captar fondos de entidades públicas y privadas para conseguirlos.

La operación de cambio del actual teatro Real, sede habitual de los conciertos de la Orquesta Nacional de España, en teatro de la Opera, se inscribe en el programa de recuperación y construcción de locales acondicionados para la celebración de conciertos. Este programa prevé la construcción de un auditorio nacional en Madrid, lo que permitirá liberar al teatro Real de esta función y volver a su destino original como sede de representaciones operísticas. Las obras del auditorio nacional comenzaron en 1984, y en 1985 y a lo largo de estos años pasados se iniciaron los estudios y proyectos para acometer la recuperación del nuevo teatro.

El teatro de la Ópera fue inaugurado el 19 de noviembre de 1850, bajo los auspicios de la reina Isabel II, gran aficionada al bel canto, con la representación de La favorita, de Donizetti. Desde entonces y hasta 1925, el teatro madrileño compitió con todas las grandes salas de ópera europeas y fue famoso por sus excelentes condiciones acústicas. El propio Verdi, según un folleto editado por el Ministerio de Cultura, acudió a Madrid a dirigir los ensayos y presenciar el estreno de La fuerza del destino, en 1863.

En 1925 el teatro se cierra debido a los alarmante signos de ruina que presentaba. Sigue entonces un largo espacio de abandono, incluso con algunos intentos fallidos de demolición, hasta que en 1965 se remodela, pero para destinarlo a sala de conciertos, "ocultando en tiempo récord todo cuanto pudiera recordar el uso para el que fue construido".

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