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COMISARÍAS Y DERECHOS HUMANOS

Dos nuevos testigos corroboran que 'el Nani' mostraba un aspecto lamentable tras ser interrogado

Dos testigos del juicio que la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Madrid sigue por la desaparición del Nani declararon ayer ante el tribunal que vieron a Santiago Corella en dependencias policiales en un estado físico bastante lamentable, sangrando por la boca y con signos aparentes de lesiones. Javier Forner y su esposa, Soledad Mayorga, se encontraban en la brigada a última hora del 12 de noviembre de 1983, ya que fueron detenidos cuando iban a visitar a los Corella. Por otra parte, Josefa Segura, de 72 años, vecina de la familia Corella, testificó que la detención del Nani se produjo sin violencia y tres horas antes de la indicada por los procesados.

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Los testimonios de Javier Forner y Soledad Mayorga se suman a la explicación, días atrás, de Ángel Manzano, amigo del Nani detenido el mismo día.Javier Forner declaró ayer que vio al Nani sobre las once de la noche, de frente por el pasillo de la brigada, conducido por dos policías uniformados que le llevaban arrastras. El testigo dijo que al Nani le traían "prácticamente arrastrando" y que Corella presentaba "aparentes signos de lesiones, así como sangre en la boca".

El declarante compareció en la sala esposado, pues se halla preso por un presunto delito de robo con intimidación. Forner señaló en un momento dado que no había cometido tal delito y acusó de haberle detenido a un "compañero y amigo de los inspectores aquí presentes", en referencia a los procesados. Su esposa, Soledad Mayorga señala posteriormente a este periódico que ese "compañero y amigo" es un inspector de la comisaria de Ventas. El testigo relató también que aquel día de noviembre fue interrogado sobre sus relaciones con el Nani, momento en que un inspector, según él, le golpeó en una antigua lesión que Forner tenía en. el pie.

De su lado, Soledad Mayorga vio a Corella, según su declaración, en torno a las diez de la noche. El Nani, dijo la testigo, presentaba "un estado físico bastante lamentable". "Iba quejándose y apenas podía andar. Trastabilleaba y simplemente decía ¡ay!", agregó Soledad Mayorga. Corella vestía entonces un mono de mecánico y llevaba las manos esposadas por detrás, de forma que tenía heridas en las muñecas.

En la sesión de tarde, Josefa Segura, vecina del domicilio de la familia Corella, aseguró que la detención del Nani se produjo sin violencia y sin que el arrestado opusiese resistencia. "Incluso salió sonriendo", precisó la declarante.

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Horas distintas

Tanto Josefa Segura como la también vecina de los Corella Dorotea López de Mazo testificaron que la detención del Nani se produjo entorno a la una de la tarde.La versión de los procesados y el acta policial de detención indican como hora del arresto las cuatro de la tarde. Según dicha versión, las lesiones que presentaba Corrella se projeron cuando éste se opuso violentamente a ser detenido.

También compareció en la sesión de tarde el abogado Juan José Aguirre Alonso, quien ratificó su declaración sumarial relativa a que dos clientes suyos, de los que no facilitó el nombre, le habían comentado una conversación mantenida con el aristócrata Jaime Messía Figueroa, actualmente huido de la justicia española. Según esos clientes dijeron al letrado Aguirre, Messía les manifestó que el Nani había muerto en las depencias policiales y que el mismo aristócrata le había enterrado en su finca de Córdoba. Según Juan José Aguirre, sus dos clientes no quisieron comparecer en persona en el juzgado a manifestar tales extremos pues tenían miedo "porque había muchos muertos ya". Los dos clientes señalaron que el cadáver fue trasladado por dos inspectores apodados El Guti y El Peque. Estos apodos corresponden a los inspectores de policía Victoriano Gutiérrez Lobos y Adelardo Rafael Martínez García.

Finalmente, ayer terminó de declarar en la sesión matinal Juan Sánchez Gómez, testigo del atraco a la joyería Pyber, en la que trabajaba en 1983. Sánchez Gómez, dubitativo en todo su testimonio, cayó en reiteradas contradiciones tanto sobre lo que había declarado momentos antes como respecto a lo instruido en el sumario.

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