La Bolsa de París acoge con júbilo la reelección del presidente Mitterrand
La Bolsa de París reaccionó ayer con júbilo a la reelección del presidente François Mitterrand, experimentando una subida de más de dos puntos. Esta reacción del mundo económico ante la continuidad de un socialista en el Elíseo contrasta con la suspensión de cotizaciones en el mercado de valores parisiense que se produjo en 1981, tras la primera victoria presidencial de Mitterrand, quien en aquella ocasión acudió ante el pueblo francés con un radical programa de nacionalizaciones.La victoria de Mitterrand (54,02%), que superó en ocho puntos al candidato del bloque conservador, Jacques Chirac, fue recibida con discreta deportividad por la derecha francesa, excepción hecha del ultraderechista Frente Nacional y del sector más duro del chiraquismo.
Colaboradores próximos al hasta ahora primer ministro, Chirac, aseguraban ayer que no pensaban presentar una moción de censura por principio al nuevo Gobierno. Así, tras la dinúsión de su cargo que probablemente presentará hoy Chirac a Mitterrand, la vía queda abierta a la formación de un Gabinete de amplio espectro, para encabezar el cual los pronósticos apuntan al ex ministro socialista de Agricultura Michel Rocard.
Los planes de François Mitterrand son que el nuevo jefe del Ejecutivo forme un Gobierno de amplia base con presencia de numerosos ministros socialistas, pero abierto a los sectores de centro e incluso a la izquierda.
En el diseño del nuevo Gobierno francés, según lós observadores, se incluirá un núcleo importante con numerosos barones y dirigentes destacados del Partido Socialista, algunos colaboradores personales de Mitterrand (su jefe de gabinete, Jean-Louis Bianco, o los conseJeros presidenciales Elisábeth Gigou y Henri Nallet), personalidades independientes y algunos centristas destacados dispuestos a aceptar el programa del nuevo primer ministro (ex ministros de Giscard como Lionel Stoleru, Michel Durafour o Simone Veil).
La reelección de Mitterrand fue saludada ayer por la mayoría de los dirigentes de Europa occidental. En Madrid, donde se celebran las sesiones preparatorias de la reunión de la Internacional Socialista, se acogió la victoria de Mitterrand con cierto júbilo, por cuanto, según algunos dirigentes de esa organización, era un "buen augurio" de futuros avances electorales socialistas.
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