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Hospitales de aves

Las instalaciones de Buitrago estarán este año a pleno rendimiento, tras los siete años de experiencia del centro de Majadahonda

Madrid cuenta con dos hospitales de aves, dedicados a atender a las rapaces y los pájaros accidentados durante sus vuelos o huérfanos de nido. Quienes hallen una de estas aves heridas podrán llevarla al centro de recogida de la Casa de Campo, o bien directamente a uno de los dos recintos especializados a los que serían trasladadas: el de Majadahonda, que se puso en marcha hace siete años, o el situado en Buitrago, que funcionará a pleno rendimiento en 1988.

La Agencia de Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid ha creado el centro para la recuperación de aves y otras especies protegidas en Buitrago de Lozoya (Madrid). Este peculiar hospital ha acogido hasta el momento 128 aves y está previsto que entre en pleno rendimiento a lo largo de este año. El primer centro de este tipo que existió en la región fue creado, hace siete años, por el Grupo de Recuperación de la Fauna Autóctona (GREFA) en Majadahonda, y acoge actualmente a 250 animales, entre ellos varias águilas imperiales.La mitad de los ingresos registrados hasta ahora en el centro de Buitrago ha obedecido principalmente a dos causas: el expolio de nidos y las heridas por arma de fuego.

Otros motivos de menor importancia son la incautación de especies que se encontraban ilegalmente en cautividad (15%), el atropello de animales (5%) o las heridas causadas por electrocución (5%).

El hospital de Buitrago de Lozoya está dotado de dos voladeros de 150 metros cuadrados y cinco amplias cámaras con posaderos, que se duplicarán a finales de año. El centro dispone también de un pequeño equipo quirúrgico y de primeros auxilios para los animales heridos.

Cada ave cuenta con su propio historial, en el que figuran desde su procedencia hasta los resultados de sucesivos análisis e intervenciones a cargo de un equipo de veterinarios.

La mayoría de las especies llega al centro con el plumaje deteriorado, con fracturas óseas en alas y patas o con diversas heridas abiertas.

Una vez culminado el proceso de recuperación, las aves están en condiciones de volver a su hábitat. La mitad de los 128 ejemplares que han pasado por el centro han sido dados de alta tras varios meses de convalecencia. El resto es trasladado habitualmente a un centro de estancia de ejemplares irrecuperables en San Martín de Valdeiglesias.

Pero no todas las aves sobreviven. En 1987 murieron 25 ejemplares en el centro de Buitrago, entre ellos un águila real y un azor. Entre las 75 aves y otros animales que superaron la convalecencia el año pasado se encuentran desde seis milanos reales a media docena de tortugas moras, además de cuatro buhos reales, cuatro cigüeñas blancas, dos erizos europeos y un galápago leproso. Los animales son puestos en libertad en lugares similares a los de procedencia.

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