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El príncipe Carlos de Inglaterra,

hijo mayor de la reina Isabel II, ha expresado su oposición al proyecto de construcción de un bloque de edificios que dominaría su residencia, el palacio londinense de Kensington. La oficina de prensa del heredero de la corona británica envió a las autoridades locales una carta en la que se señala que el edificio es poco apropiado para la zona y "demasiado alto". Según el proyecto inicial, el edificio tiene nueve plantas con 45 pisos, considerados los más caros del Reino Unido, con unos precios que oscilan entre los 517 millones de pesetas y los 1.200 millones de pesetas. Ante las protestas de "un vecino tan importante", la empresa constructora estudia una posible revisión del proyecto. El príncipe Carlos ha expresado en varias ocasiones su preocupación por los "atentados arquitectónicos" que se cometen en las ciudades.

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