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Colmenar viejo revitaliza su fiesta de La Maya

Las fiestas populares que se desarrollaron ayer en la región de Madrid incluyen una celebración que tiene sus raíces más allá de la Edad Media: la tradicional fiesta de La Maya, de Colmenar Viejo. Se trata de una fiesta pagana en la que sólo participan mujeres. Esta celebración adquirió gran popularidad entre los siglos XVI y XVIII, y desde hace algunos años los vecinos de Colmenar Viejo luchan por revitalizarla.La Maya -la diosa de la primavera- es elegida por un jurado, y este año hubo 14 candidatas. Durante la fiesta, La Maya permanece estática, inamovible, sentada en un trono, sobre un altar preparado para la ceremonia.

Alrededor de los espectadores y de las candidatas a Maya revolotean unas cien niñas, de 7 a 15 años, que idealizan a "un tipo profano de mujer". Son las damas, maquilladas con toda delicadeza y adornadas de collares, pendientes, alfileres y flores en el cabello, y que no dejan de repetir, mientras cepillan a los transeúntes, "para La Maya, que es bonita y galana". Mientras, en la otra mano, sostienen un platillo para recibir monedas de los galanes.

Pero el centro de atención principal de la fiesta está en La Maya principal, la diosa de la primavera. Las madres de las mayas han pasado el día vistiéndolas y adornándolas ricamente, coronándolas de flores y maquillándolas con toda delicadeza.

Para ellas han preparado cada altar donde podrán ser observadas durante horas, y han recogido flores del campo para adornarlos. Todos: familiares, padres y amigos han participado para que su maya sea la más bella.

El decorado se repite en la calle de cada y en lugares estratégicos del pueblo en donde puedan ser vistas. Para ello, las madres madrugan y comienzan con los preparativos colocando una mesa alta cubierta por una colcha y una alfombra. Encima de ésta se coloca una silla -el trono de la maya- y se cubre con mantones y sabanillas. Después se decora con las flores que han recogido del campo y se colocan en el suelo, en la alfombra y en los larrones que se encuentran sobre el altar.

La fiesta de La Maya exalta la primavera y sirve de símbolo a la fertilidad femenina.

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