Un conflicto de 285.708 pesetas

El uso de un Mystère por el vicepresidente del Gobierno, el pasado 3 de abril, costó 285.708 pesetas, que ha de pagar el Ministerio de Defensa, según fuentes oficiales consultadas por este periódico. El avión voló ese día una hora y 25 minutos, siempre según esas estimaciones. El Estado cuenta con cuatro aviones de tipo Mystère y uno tipo Falcon, para el desplazamiento de personalidades, con im potencial de vuelo de 2.074 horas. De ellas los altos cargos de la Administración utilizaron el año pasado 828 horas.

El pago de la factura del vuelo realizado por Guerra, al regreso de sus vacaciones, fue objeto de una pregunta planteada por el diputado Ramón Tamames, del Grupo Mixto, quien afirmó que el uso de un bien púb,lico fuera de servicio "es ¡legal y hay que pagarlo", y además debe considerarse como retribución en especie, y reflejarse en la declaración anual sobre la renta. Tamames añadió unas observaciones sobre el hecho de que le parece muy bien que Guerra "se haga acompañar de quien qu¡era" en sus vacaciones, pero insistió en conocer quién paga la factura.

El ministro de Relaciones con las Cortes, Virgilio Zapatero, contestó en el hemiciclo que el coste de los transportes de personalidades de la Casa Real, presidente y vicepresidente del Gobierno corre a cargo del Ministerio de Defensa, mientras los demás ministerios abonan los gastos con cargo a sus correspondientes presupuestos.

Zapatero fijó en 201.676 pesetas el coste de la hora de vuelo en estos aparatos. Asimismo dijo que dichos aviones "han de utilizarse para la mejora del adiestramiento de las tripulaciones", lo cual suscitó risas y protestas en parte del hemiciclo, y añadió que se dedican también, por ejemplo, al transporte de órganos destinados a transplantes. El año pasado, como sobraban horas, los avíones realizaron también 34 vuelos de instrucción y 14 de pruebas.

Tamames expresó posteriormente su enojo por las respuestas recibidas y "sobre todo por la prepotencia demostrada por el Gobierno". Nicolás Sartorius insistió en la idea de que el incidente no debe magnificarse, "peto refleja el malestar existente y, sí me permiten una anécdota exagerada, les recuerdo que la revolución de octubre comenzó por unos gusanos en un plato de lentejas, algo que en sí mismo tiene poca importancia". Diputados de otros grupos, incluidos algunos socialistas, mostraron su extrañeza por las alusiones de Guerra al vendaval antidemocrático.