_
_
_
_
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Contra la ley de objeción

Soy una de las más de 25.000 personas que en su día se declararon objetores de conciencia, negándose a prestar ningún tipo de servicio al Ejército, y quizá éste es momento de explicar o contestar a lo que muchos ciudadanos se están preguntando: ¿están locos?, ¿por qué no aceptan la ley que por fin les ampara para no ir a la mili? Ya salió la ley, y ahora, ¿qué pasa?, etcétera.Pasa simplemente que se ha abierto el plazo para que nos posicionemos, arrepintamos, excusemos, nos exiliemos, escondamos o simplemente escurramos el bulto de forma similar a como se viene haciendo en las alegaciones médicas a la mili. Después, una vez cerrado el plazo, se abrirá la veda del objetor: el que lo cace, para su empresa, y además casi gratis. Oiga, ¡un chollo!

Voces agoreras y prudentes nos dicen: "Date prisa, alega algo, que se termina el plazo...". Incluso mi temerosa madre lo hace. Pero ya tengo pensada mi respuesta: "Yo no voy". Ahórrense su plazo, señores. De ser ésa mi (nuestra) pretensión, ya nos habríamos buscado un médico para eludir el sagrado deber militar.

Recuerden que nuestra instancia no era una mera solicitud de reconocimiento de objetor tal como exige la ley, sino una declaración de objetor de conciencia; hasta en eso rechazamos la ley. Porque ¿cómo aceptar una ley que exige poco menos que demostrar alergia al Ejército para poder hacer algo que la sociedad considera necesano y beneficioso? Sería más justo que incluso quienes consideran necesario el, Ejército y el servicio militar tuvieran la posibilidad de optar entre éste y hacer un servicio social si lo considerasen más beneficioso, necesario o urgente. En este supuesto, tal vez el Gobierno me haría dudar de mi postura, pues borraría la certeza que tengo de que este país no es la mitad de democrático que lo que dicen quienes presumen de ser padres de la Constitución.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

De momento sigo en mi postura de no aceptar una ley injusta, y aunque dude sobre si tengo la razón, sé que no la tienen quienes quieren forzarme a hacer algo que ellos jamás pensaron hacer: trabajar gratis por el ¿país?

Tal vez perdamos la partida; no lo creo, pero aun en este caso no nos habrán convencido.-

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_