Interceptado en Panamá un barco con 312 de cocaína destinados a los traficantes detenidos hace días en España
La información fácilitada por la Brigada Central de Estupefacientes española ha permitido que la policía norteamericana interceptase en el canal de Panamá un barco que transportába un afijo de 312 kilos de cocaína destinados a una red de narcotraficantes asentados en nuestro país. El remitente de este envío era el terrateniente ecuatoriano Carlos Hidalgo Tejada que fue detenido en Madrid hace una semana. Esta operación es la segunda parte de la realizada el pasado 24 de marzo en la capital de España donde fue decomisado un cargamento de 325 kilos de la misma sustancia.
El barco Isla de Malta fue interceptado en la tarde del martes, cuando navegaba por aguas del canal de Panamá, según un portavoz de la Dirección General de Policía. Funcionarios de la DEA (Drugs Enforcement Administration) que estaban alertados por sus colegas españoles registraron las bodegas del mercante y descubrieron que transportaba un contenedor que ocultaba 312 kilos de cocaína de gran pureza.La mercancía, convenientemente camuflada entre paneles para la construcción de casas prefabricadas, iba destinada al puerto de Barcelona, desde donde posteriormente debía ser trasladada por carretera a Madrid y entregada a un inexistente Manuel Ramírez González, domiciliado en la calle de Fuencarral, según consta en la correspondiente documentación.
El remitente del contenedor que ocultaba los 312 kilos incautados en el canal de Panamá era el terrateniente ecuatoriano Carlos Hidalgo Tejada. Este individuo fue detenido el 24 de marzo en Madrid con otros dos ecuatorianos, cinco colombianos y una española.
La operación policial ECU, realizada hace una semana por inspectores del Grupo Quinto de la Brigada Central de Estupefacientes, permitió entonces la detención de nueve narcotraficantes y el descubrimiento de un almacén en Fuenlabrada, (Madrid) donde se guardaba un alijo de 325 kilos de cocaína. Este golpe supuso el mayor alijo incautado hasta ahora en Europa a los comerciantes de esta droga.
'Operación ECU'
La desarticulación de esta organización permitió comprobar que estaba compuesta por una red de colombianos que actuaba como una agencia de distribución de droga al servicio de otras bandas y, por otro lado, por un grupo de ecuatorianos dirigido por el citado Carlos Hidalgo Tejada, que era el supuesto propietario de los 325 kilos de cocaína incautados.Como consecuencia de las investigaciones realizadas a partir de la operación ECU, la policía supo que la compañía de narcotraficantes estaba a la espera de "un segundo envío" que llegaría a España en los próximos días, según fuentes de la Dirección General de Policía. El Ministerio del Interior cursó esta información a las autoridades norteamericanas y ecuatorianas, "solicitando su colaboración para controlar al barco".
La policía sospecha que los traficantes, tras, conocer la detención de sus jefes en Madrid, intentaron retirar de la terminal de carga de Guayaquil este segundo envío. Sin embargo, no llegaron a tiempo, y el Isla de Malta zarpó llevando en sus bodegas el alijo de 312 kilos de cocaína, cuyo valor en el mercado ilegal es de 4.000 millones de pesetas.
Los funcionarios de la DEA norteamericana registraron el barco y aprehendieron la droga, pero no detuvieron ni al capitán ni a ninguno de los tripulantes debido a que desconocían la existencia de la carga ¡legal que transportaban.
Colombianos y ecuatorianos
La organización desbaratada en Madrid la pasada semana estaba formaba por un grupo de colombianos cuyo presunto jefe era Luis Enrique García Arango y por otra rama de ecuatorianos supuestamente encabezados por el terrateniente Carlos Hidalgo Tejada, que usaba la falsa identidad de Pedro José Vaena Oliveira.Según los datos obtenidos por la policía española, Hidalgo y otros socios eran los dueños de los 637 kilos de droga incautados en Madrid y Panamá, mientras que la banda de los colombianos era la encargada de su distribución en España y Europa.
Fuentes policiales indicaron ayer que los 637 kilos de droga intervenidos en total estaban destinados en su mayor parte a varios países europeos, lo que demuestra que España se está convirtiendo en una importante base de operaciones para los narcotraficantes, que hasta ahora se habían dedicado preferentemente al mercado de Estados Unidos.
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