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Un medico español, investiga para la ONU el uso de armas químicas en la guerra del Golfo

El coronel médico del Cuerpo de Sanidad español Manad, Domínguez Carmona y el diplomático chileno James Holger, enviados especiales del secretario general de la ONU, Javier Pérez de Cuéllar, llegaron ayer a Teberán para visitar los hospitales donde se encuentran, según las autoridades de la república islámica, miles de víctimas evacuadas del, Kurdistán iraquí y que han sufrido los efectos de armas químicas supuestamente utilizadas por Bagdad.

La televisión de la república islámica emitió ayer unas imágenes rodadas supuestamente en el Kurdistán iraquí en las que podían verse numerosos cadáveres de hombres, mujeres y niños, sin ninguna señal en sus ropas, pero con la piel calcinada. Otras filmaciones hechas en diversos hospitales de Teherán mostraban a varias personas con horribles quemaduras en la cara y otras partes del cuerpo.La agencia oficial iraní, Irna, aseguraba ayer que entre las víctimas de las armas químicas se encuentra un hijo del presidente del Parlamento, Hachemi Rafsanyani, y otro del procurador de la revolución.

Domínguez Carmona y James Holger visitarán a los heridos y las zonas donde fueron utilizadas estas armas, cuyo empleo está prohibido por tratados internacionales. Según Irán, más de 10.000 kurdos murieron o resultaron heridos por los ataques con armas químicas contra zonas civiles. Irak a acusado a Pérez de Cuéllar de actuar con parcialidad" a favor de Irán.

La Embajada iraní en Madrid hizo ayer un llamamiento a las instituciones españolas y a los médicos especialistas para que contribuyan en la labor humanitaria de rehabilitación de los heridos por las armas químicas, bien mediante el envío de medicamentos o con su contribución personal. El llamamiento se dirige a especialistas en enfermedades respiratorias y para el tratamiento de quemados.

Por encargo de la ONU

Domínguez Carmona, de 62 -años, investiga desde febrero de 1984, por encargo de la ONU, el empleo de armas químicas por parte de Irak. Ha viajado al frente al menos cuatro veces y ha tratado a numerosos soldados iraníes afectados por productos químicos de alta toxicidad introducidos en proyectiles lanzados desde aviones iraquíes.

La primera visita a Irán, como miembro de una comisión de siete técnicos creada por la ONU, la efectuó en febrero de 1984. En aquella ocasión, fuentes próximas a los investigadores aseguraron que algunos de los proyectiles utilizados por Irak para lanzar productos químicos habían sido fabricados en España, y concretamente en una empresa radicada en el País Vasco y especializada en bombas de aviación. El dato, sin embargo, no fue confirmado oficialmente.

Domínguez Carmona está en situación de disponible en el Ejército y es profesor de Medicina Preventiva en la universidad Complutense. Es considerado un experto especialmente en guerra bacteriológica. Varios de los afectados llegaron a ser trasladados a centros españoles -como el hospital militar Gómez Ulla, de Madrid- para su tratamiento médico. A lo largo de estos años, el coronel Domínguez ha optado habitualmente por no hacer declaraciones públicas sobre sus trabajos, ya que, como suele comentar, su misión consiste en elaborar documentos confidenciales para la ONU, y sólo este organismo tiene capacidad para hacerlos públicos.

Su compañero en esta misión es el diplomático chileno James Holger, de 60 años, casado con una pianista profesional, y que ha sido hasta hace meses representante especial del secretario general de las Naciones. Unidas, Javier Pérez de Cuéllar, en Chipre. Holger ha logrado durante su misión en la isla, partida en dos desde la invasión turca de 1984, un sólido prestigio de negociador hábil y conciliador. Anteriormente estuvo destinado en la fuerza de pacificación de la ONU en Líbano.

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