España y Francia buscan una coordinación con vistas a sus presidencias sucesivas de la Comunidad Europea

FERNANDO JÁUREGUI ENVIADO ESPECIALLa reunión a solas entre el presidente de la República Francesa, François Mitterrand, y el presidente del Gobierno español, Felipe González, celebrada ayer durante cuatro horas en el, coto de Doñana (Huelva) concluyó con afirmaciones respectivas acerca de los "grandes puntos de convergencia" que España y Francia mantienen sobre el futuro de la construcción europea. Ambos presidentes abordaron ayer, entre otras cuestiones, la coordinación entre España y Francia con vistas a sus presidencias sucesivas de la Comunidad Europea. España la asumirá en el primer semestre de 1989, y Francia, en el segundo.

González y Mitterrand concluyeron su octava cumbre particular -habían celebrado siete hasta ahora como jefe del Estado y presidente del Gobierno- con una conferencia de prensa al aire libre, sentados en sendas sillas de madera y cumbre frente a los buitres enjaulados en la estación biológica del Coto.Los más de 50 periodistas franceses, que habían acudido a Huelva con el casi exclusivo propósito de conocer los planes de Mitterrand respecto a su presentación o no a la reelección en los próximos comicios presidenciales, fueron despachados con secos "sin comentarios" por ambas partes.

Mitterrand, más pálido y delgado que de costumbre, y ataviado con un traje negro estilo Mao, aseguró que, mientras siga en el puesto, hará lo que ha intentado desde el primer día: "Hacerme cargo de los intereses de Francia que, en todo caso, durarán mucho más que yo". De esta forma, el presidente francés zanjó las constantes preguntas de los periodistas sobre su concurrencia a las elecciones, cuestión sobre la cual aún tiene casi tres semanas para pronunciarse. Sin embargo, el presidente francés sí confirmó que esta entrevista con el presidente del Gobierno español significa el último viaje al extranjero de su mandato actual.Los temas defensivos y económicos europeos constituyeron el centro de las conversaciones entre el jefe del Estado francés y el presidente del Gobierno español, que acordaron este encuentro como continuación del mantenido a finales de agosto en Latche (Landas francesas). El hecho de que España vaya a asumir la presidencia de la CE en el primer semestre de 1989, antecediendo a Francia, fue resaltado por ambos como parte importante de las conversaciones. Éstas incluyeron también la futura creación de un banco central de Europa y la inclusión de la peseta en el sistema monetario europeo.El 'eje'

"El año 1989 supone una responsabilidad y es lógico pensar que hay una coordinación entre nosotros", dijo González, aunque ni el presidente del Gobierno español ni Mitterrand, que recalcó la "prometedora perspectiva" que representa Europa, se detuvieron a analizar más en concreto en qué podría consistir la mutua cooperación.

González primero y Mitterrand después rechazaron el término eje para definir las relaciones mutuas, o las de los dos países con la República Federal de Alemania: "La palabra eje nunca ha estado en la terminología de nuestras relaciones y no se puede hablar de algo que no tiene siquiera terminología", dijo González. "Lo importante es detectar qué países convergen en la política de reforzamiento de la unidad europea, sea en el terreno monetario o en el de la seguridad", añadió.

Por su parte, Mitterrand se limitó a resaltar el "buen entendimiento" entre los tres países, "sobre todo en lo que se refiere al futuro de Europa", y aseguró que Francia defenderá la causa de la adhesión española a la Unión Europea Occidental (UEO). "Intentaremos acabar con las reticencias de otros países, si las hay", agregó.

En cuanto al terreno defensivo, en el que no quiso mostrarse muy explícito, González aseguró que España "no se ha planteado" la participación de tropas españolas en la brigada francogermana, por lo que cualquier especulación al respecto es "relativamente gratuita".

En cuanto al terrorismo, Mitterrand aseguró ayer que "no se puede pensar en el menor cambio" en la línea trazada de cooperación entre España y Francia, dando así a entender que esta cooperación se mantendrá inalterada sea cual sea el resultado de las ya inminentes elecciones presidenciales francesas. El presidente del Gobierno español se limitó a decir, al respecto, que "se ha hecho una puesta a punto en la cooperación, se constata que va bien, y punto".