Comienza el derribo de chabolas y Vicálvaro y el traslado de sus ocupantes a un campamento de casas prefabricadas

Las palas excavadoras iniciaron ayer la destrucción de 24 chabolas existentes junto a la Avenida de Daroca, en Vicalvaro cuyos ocupantes otras tantas familias gitanas, se dedican desde hace años a la venta de aparatos sanitarios. El derribo de las chabolas se realizó a medida que éstas iban siendo abandonadas y subidas todas las pertinencias de sus ocupantes a camiones. Minutos más tarde, todo el genero era descargado junto a la carretera de Vicálvaro a Rivas-VaciaMadríd en el primer campamento levantado por el Consorcio para el Realojamientode la Población marginal compuesto por 26 viviendas prefabricadas y 56 parcelas en las que los gitanos considerados seminómadas deberán construirse su nueva chabola

El traslado que se termina hoy supone una experiencia piloto en España, aunque no soluciona el problema, ya que, sólo en Vicálvaro, quedan 220 chabolas de este tipo. El escenario es un campamento de 26.000 metros cuadrados compuesto por 26 viviendas de unos 60 metros cuadrados cada una delante de las que hay un terreno de unos 40 metros cuadrados donde las familias podrán seguir la venta de aparatos sanitarios.Las primeras familias que llegaron ayer al poblado manifestaban su satisfacción por estar "bajo tejas" y algunos incluso distribuyeron inmediatamente sus muebles y comenzaron a limpiar el salón-cocina, con fregadero y cocina de gas butano, el cuarto de baño completo y las tres habitaciones en las que hay calentadores eléctricos. Sin embargo todos expresaron su temor a que la venta descienda por falta de clientes y expresaban su queja por el coste que para ellos va a tener la nueva situación.

4.000 pesetas de alquiler

Los ocupantes deberán pagar un alquiler mensual de 4.000 pesetas además de abonar el butano y lo que marquen los contadores de luz y agua. Asimismo se les ha hecho darse de alta en la licencia fiscal y pagar la cuota de autónomos y el impuesto de radicación.Siete de las casas prefábricadas serán ocupadas por otras tantas familias que hoy viven en el edificio Electrodo, situado a la entrada de la carretera de Valencia. Según informó José Luis Gómez, gerente del consorcio, en el momento en que el edificio, que es propiedad municipal, sea abandonado, se iniciarán los trabajos para su voladura controlada.

Las 26 casas, la guardería y el centro polivalente forman un núcleo central rodeado por parcelas de 72 metros cuadrados con toma de luz, agua y saneamiento en donde las familias que el consorcio califica de seminómadas (están fuera de Madrid siete u ocho meses al año) podrán levantar su chabola mientras están en Madrid. "Lo que no entiendo es que nos saquen de las chabolas, nos den unas casas y las rodeen de chabolas", decía uno de los nuevos inquilinos.

Por estas nuevas chabolas controladas sus ocupantes deberán pagar un alquiler de 500 pesetas al mes por la parcela así como el agua y la luz a prorrateo. Junto a las parcelas se han construido unas cuadras y un módulo con cuatro lavabos, cuatro letrinas y cuatro duchas para cada nueve familias.

Un portavoz de Presencia Gitana manifestó que harán un seguimiento de la marcha del campamento, y criticó el hecho de que se haya dado soluciones de acomodo a los ciudadanos gitanos no empleadas nunca antes con no gitanos.