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Crítica:UN TESORO ARTÍSTICO PARA MADRID
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Museo de maravillas

Formada fundamentalmente con las aportaciones de Heinrich Thyssen-Bornemisza (1875-1947), amigo personal de algunos de los más célebres historiadores del arte de nuestra época -M. J. Friedlander, B. Berenson y F. Dörnhöfer-, y las de su hijo, Hans Heinrich Thyssen, el actual barón, nacido en el año 1921, que se especializó en la compra de obras de arte del siglo XX, rompiendo con los gustos artísticos paternos más tradicionales, la colección Thyssen-Bornemisza es, sin lugar a dudas, una de las mejores del mundo de propiedad privada.Sustancial enriquecimiento

No es una cuestión de simple número, aunque contar al menos con medio centenar de obras de primerísima categoría, resulte impresionante. Pero cuando, entre ellas, nos encontramos con cuadros de A. Altdorfer, Fra Angélico, Antonello de Messina, Hans Baldung Grien, Giovanni Bellini, Dirk Bouts, Brueghel, Bronzino, Caravaggio, Carpaccio, Chardin, Claudio Lorena, Duccio, Durero, Fragonard, Ghirlandaio, Goya, El Greco, Hals, Holbein, Hooch, Rivera, Patinir, Rembrandt, Rubens, Tintoretto, Ticiano, Velázquez y un largo etcétera, entre los maestros del arte del pasado, y otra lista de parecido calado en lo que se refiere a los del presente, desde los impresionistas más importantes -Manét, Monét, Cezanne, Edgar Degas, Paul Gauguin, Vincent Van Gogh, Henrie Toulouse-Lautrec, Camille Pissarro- hasta los mejores vanguardistas históricos -Pablo Picasso, Georges Braque, Juan Gris, Pier Mondrian, Bonnard, Salvador Dalí, Fernand Léger, todos los expresionistas alemanes y una buena parte de los constructivistas rusos, etcétera-, así como los surgidos tras la Segunda Guerra Mundial -los expresionistas lilbstractos americanos, Bacon, Balthus, Giacometti, Freud, Kitaj, etcétera-; cuando, en fin, repito, pasado y presente, se juntan mediante obras, de artistas como los citados, liay que hablar definitivamente- de museo de maravillas.

En España, se han podido contemplar sendas selecciones antológicas de cada una de las dos partes de la colección Thyssen-Bornemisza, con lo que tampoco hay que insistir mucho sobre su extraordinaria importancia.

Cuestión de matiz

No obstante, sí quiero recalcar una cuestión de matiz: la complementariedad de parte de estos fondos respecto a los del Prado, deficiente en pintura del siglo XV italiano y en Renacimiento centroeuropeo, por no decir lo que supone la aportación en el campo del arte contemporáneo, ya que en este capítulo estamos, como todo el mundo sabe, bastante ayunos. Con este sustancial enriquecimiento, si este depósito se convirtiera algún día en propiedad del Estado español y si lo que viene ahora a España realmente constituye lo mejor de la colección Thyssen Bornemisza, ni el Prado ni el Reina Sofía tendrían que preocuparse en el futuro por destacar comparativamente su importancia: sus fondos constituirían la mejor colección del mundo sin discusión y, lo que es mejor, sin temer competencia en lo sucesivo.

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