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Milton Santos

Un geógrafo brasileño que estudia las tendencias del final del milenio

Milagros Pérez Oliva

Milton Santos enseña geografía desde hace 15 años en la universidad de Sao Paulo y viaja a menudo a Europa, con cuyas universidades tiene frecuentes contactos. En su reciente viaje a Barcelona, invitado por el Museo de la Ciencia para participar en unas jornadas sobre Sociedad y territorio en el fin del segundo milenio, Milton Santos ha expresado su sorpresa por observar que Europa tiene cada vez más miedo. "Miedo de todo", dice, lo cual, visto desde el Tercer Mundo, no deja de ser preocupante.

Estudió derecho, pero pronto se dio cuenta de que no era aquélla la disciplina que más casaba con sus inquietudes intelectuales, de modo que decidió abandonar la toga para estudiar geografía. Geografía social. Hoy es uno de los pocos especialistas que reflexionan desde la perspectiva de un hombre del Tercer Mundo, que observa cómo las bolsas de pobreza en el mundo rico son cada vez más semejantes a la pobreza de siempre de los países pobres."El Tercer Mundo vive en un estado de guerra interno que se manifiesta de muchas maneras. La más evidente es que la riqueza se ve obligada, cada vez más, a esconderse detrás de las vallas y poner policías privados por todas partes, porque cada vez son más los que apenas alcanzan los umbrales de supervivencia".

Sáo Paulo, ciudad donde vive y trabaja Milton Santos, tiene 16 millones de habitantes, de los cuales cuatro viven en la parte de la ciudad acomodada y seis en chabolas en la periferia, sin medio alguno de subsistencia. El resto se mueve en un término medio, más tirando hacia abajo que hacia arriba. "No hay trabajo. Hay, en todo caso, ocupaciones ocasionales, que es algo muy diferente", precisa.

Él es profesor en la universidad, escritor, conferenciante y colaborador habitual del diario Folha do Sao Paulo. "Soy de esa clase media que va cambiando de lugar en la ciudad y cada vez que mejora de ubicación da la espalda a los orígenes, porque la geografía es separación", dice.

Su oposición a la dictadura de los militares le llevó a vivir exiliado entre 1964 y 1977 en varios países latinoamericanos y europeos, además de Estados Unidos y Canadá. Finalmente su deseo de conocer África le llevó a dar clases en Tanzania, de cuya estancia guarda un imborrable recuerdo.

Esta cosmopolita biografía y su permanente inquietud cultural hacen de Milton Santos- un observador privilegiado de las tendencias del final del milenio, especialmente las que sacuden el Tercer Mundo. "Hay más televisiones que neveras", dice en un momento de su discurso.

Milton Santos observa que el Tercer Mundo ya no está de moda entre los intelectuales de Europa, y lo lamenta. "El primer mundo nos ha abandonado desde el punto de vista de la reflexión. He conversado con colegas de las universidades europeas y he observado mucho miedo. Miedo a todo. Creo que es consecuencia de un exceso de racionalismo. En general, el miedo aparece cuando se cree que no hay salida fuera de lo que ya se sabe. La búsqueda es siempre algo difícil para las sociedades realistas; por eso llega un punto en que se intenta buscar soluciones que no impliquen cambios reales. Cualquier posibilidad les horroriza".

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