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Pujol afirma que su prudencia política ha evitado la reforma del Estatut

El presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, manifestó ayer en la presentación del programa electoral de CiU -la coalición que gobierna Cataluña desde 1980- que gracias a su prudencia personal se han sorteado las voces críticas en la sociedad catalana que piden la revisión del Estatut. Pujol, que se presenta el próximo 29 de mayo a la reelección para un tercer mandato, insistió en la necesidad de que Convergència i Unió (CiU) renueve la mayoría absoluta en el Parlament: "Es la única garantía de que preservemos nuestra libertad de acción en el conjunto del Estado".Pujol mantuvo una actitud globalmente moderada y conciliadora en sus alusiones al Gobierno socialista. No descendió, como es habitual en él, a referencias directas a los diferentes ministerios excepto para hablar de la ley de Costas que ha elaborado el de Obras Públicas y que supone, a su juicio, "una mutilación de las competencias estatutarias".

La actitud de Pujol supone un repliegue evidente después de la polvareda que levantaron sus críticas en Italia a la política exterior de España y que se vio obligado, más tarde, a rectificar.

El presidente catalán repitió que la aplicación que hace el Gobierno del Estatut no se corresponde con el pacto político que se produjo en 1979. Pujol recuperó una idea fija en anteriores campañas autonómicas y que parecía olvidada últimamente, al plantear la necesidad de que se impongan los partidos "que no están dirigidos desde fuera", en alusión a las vinculaciones del PSC, PSUC, AP y CDS.

Nacionalizar Cataluña

Pujol destacó que en el próximo mandato debe profundizarse de una manera decidida "en la nacionalización del pueblo catalán". Según el presidente de la Generalitat, se debe superar el techo institucional, ya que todas las perspectivas son favorables y "el hecho catalán ha sido admitido por la sociedad catalana".Aludió en tono sarcástico a las críticas formuladas desde diferentes sectores de la sociedad catalana, que le acusan de pretender una Cataluña cerrada tras el caso Mariscal y las críticas por la actuación del Els Joglars en el programa de Javier Gurruchaga en TVE. "En Cataluña tenemos más humor que en muchos sitios", señaló. "El país se ha abierto bajo un Gobierno de Convergència i Unió", añadió. También dijo que Cataluña es en estos momentos un modelo para el resto de los pueblos de España y un país con prestigio en Europa.

Los principales ataques al Gobierno socialista corrieron a cargo del secretario general por delegación de CDC, Miquel Roca, que se cebó en sus críticas al vicepresidente Alfonso Guerra. Tras recordar la posición del Gobierno contraria a asumir una partida de 5.500 millones de pesetas que la Generalitat reclama en concepto de normalización lingüística, Roca exclamó con vehemencia: "Alfonso Guerra ha asumido el liderazgo de los que quieren impedir que el catalán se enseñe en Cataluña".

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