Los conflictos étnicos se reproducen en la capital de la Unión Soviética
El pasado día 20 de febrero, al tiempo que comenzaban las manifestaciones en la República Soviética de Armenia que suponían el inicio de los graves enfrentamientos entre miembros de esta nacionalidad, de religión cristiana, y sus vecinos azerbaiyanos, de religión musulmana y origen turco, cientos de personas participaron en Moscú en una violenta batalla campal en las cercanías de una residencia de uzbekos, que enfrentó a moscovitas con obreros de origen asiático.
Ayer, la policía, con perros pastores alemanes, patrullaba la zona donde se produjeron los enfrentamientos, y numerosos coches policiales eran claramente visibles entre el paisaje industrial de esta zona del distrito de Liublino, al este de Moscú.La primera noticia sobre los incidentes partió de fuentes disidentes, que el día 4 de marzo aseguraron que 10 personas habían resultado muertas en los enfrentamientos entre moscovitas y obreros de origen asiático, contratados para trabajar en una fábrica de automóviles de la capital y pertenecientes a la comunidad conocida con el nombre de limitchiki, con el que se designa la mano de obra especialmente importada de fuera de Moscú para suplir la falta de mano de obra local en trabajos generalmente duros. Sin embargo, un portavoz del Ministerio del Interior desmintió ayer categóricamente que se hubieran registrado víctimas en los disturbios. Fuentes gubernamentales indicaron que el incidente, al que calificaron de "disputa entre jóvenes", se saldó con 18 detenidos.
Vechernaia Moskva, un periódico vespertino de la capital, informaba del conflicto entre los habitantes del barrio y los jóvenes alojados en la residencia. "El duelo no era una broma", decía el periódico, "ambas partes estaban armadas con estacas, palos y barras metálicas; no era difícil prever las lamentables consecuencias". Según un joven uzbeko alojado en la residencia, todo empezó con una riña en una discoteca entre un grupo de uzbekos y rusos. "Varios días después", dijo, "nos esperaron junto al metro y se organizó una batalla".
En Azerbaiyán, por otra parte, un partido de fútbol que debía jugarse el 8 de marzo en la capital, Baku, entre un equipo local y otro moscovita fue trasladado a Moscú por "la falta de condiciones del campo". Lo mismo ha sucedido con otro partido que debía enfrentar a un equipo azerbaiyano y otro de Leningrado el próximo día 13, que en este caso ha sido desplazado a la ciudad de Leningrado. Esta información permite deducir que las autoridades de Baku tratan de evitar las concentraciones masivas en aquella ciudad por miedo a que se vuelvan a producir conflictos.
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