Aprender de nuevo a ser africanos
"Cuando Obiang tomó el poder, el país se hallaba asolado. Todos los que teníamos estudios habíamos tenido que huir del país, y no tuvo más remedio que recurrir a gente del bosque, que ahora no ven con buenos ojos la culturización y el progreso; creen que el poder sirve para otras cosas distintas a lo que debe ser el interés de la comunidad", explica un ex exiliado y empresario en Europa. "Adernás, tienen miedo a ser desplazados por gente mejor preparada que ellos, pero, a pesar de todo, hay que estar aquí; es muy fácil criticar las cosas desde fuera, sin poner nada de tu parte", añade."Nosotros también hemos contribuido al deterioro del país. Cuando volvimos, tras el derrocamiento de Macías, habíamos olvidado la realidad africana, y cometimos el error de querer imponer los esquemas europeos que asimilamos en los largos años de exilio, sin darnos cuenta del daño que podía resultar de este trasplante artificial", comenta otro retornado, que tampoco quiere ser identificado por razones de seguridad.
'Nuestro objetivo es buscar caminos para que las cosas cambien, pero no con las reivindicaciones políticas, sino contribuyendo a una transformación de la sociedad, que es lo único que puede solucionar las cosas; Obiang quizá no es lo ideal para quienes, como yo, creen en las instituciones democráticas en el sentido europeo, pero no cabe hablar de partidos políticos en un país que hasta ayer no sabía lo que era una Constitución. Y para hacer algo de provecho en nuestra tierra tenemos que aprender de nuevo a ser africanos".
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