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Eduardo Fernández: "Pagar la deuda sin más acarreara conflictos más caros"

Entrevista con el candidato socialcristiano a la presidencia de Venezuela

Eduardo Fernández, de 47 años, es el secretario general y candidato de los socialcristianos del partido COPEI a la presidencia de la república presidencialista de Venezuela. Su contrincante será el ex presidente socialdemócrata Carlos Andrés Pérez, del partido Acción Democrática. Las urnas esperan al mes de diciembre para resolver cuál de ellos ocupará el palacio de Miraflores, sede del Ejecutivo en Caracas. De momento, los sondeos auguran que la contienda electoral será reñida.

En su visita a España, iniciada el pasado miércoles, Eduardo Fernández se ha entrevistado con el ministro de Asuntos Exteriores, Francisco Fernández Ordoñez, con el Rey y con el presidente, Felipe González.Fernández, cuyo apodo electoral es El Tigre, es hijo de un comerciante de bajos ingresos, ejerció como abogado, se casó con María Isabel Reina y es padre de cinco hijos. Su partido, del cual es secretario general desde 1979, le designó candidato presidencial el pasado otoño, en una pugna contra su correligionario el ex presidente Rafael Caldera que dejó algunas heridas. Para él, Caldera ha sido "el político venezolano con mayor capacidad de adaptación y de actualización de su pesamiento político a los nuevos tiempos".

Pregunta. ¿Qué tipo de reforma económica propone en su programa para Venezuela?

Respuesta. Propongo trabajo, disciplina y espíritu de sacrificio para conseguir para todos justicia social, rebajar la intervención del Estado en la economía y salir del paternalismo. Con ello y con el formidable potencial económico venezolano, no únicamente petrolero, lograremos abandonar el hedonismo, producir más y recuperar el ascendiente con el que contamos en nuestro entorno geopolítico.

P. ¿Cuál es su receta para encarar el problema de la deuda externa?

R. Transformar la relación acreedor-deudor en una nueva relación de sociedad para el progreso.

P. Explique su oferta, por favor.

R. Si los acreedores se empeñan en cobrar la deuda externa sin más en términos estrictamente técnico-financieros, vamos a tener agudos conflictos sociales y económicos. También políticos. Todos estos problemas van a resultar a la postre mucho más caros que los que la deuda acarrea. Empero, si acreedores y deudores nos asociamos para producir más y mejor y para hacer buenos negocios, estoy seguro de que seremos capaces de generar recursos más que suficientes para compensar la deuda externa.

P. ¿Puede concretar su proyecto?

R. Pondré un ejemplo. Tras el fin de la I Guerra Mundial, las potencias vencedoras se empecinaron únicamente en cobrar. El resultado obtenido fue la II Guerra mundial. Sin embargo, tras la II Guerra Mundial, las potencias vencedoras, en vez de empeñarse en cobrar a secas, optaron por inyectar dinero en Europa. Así recuperaron todo lo adeudado.

El precio del petróleo

P. ¿Está preparado el Estado venezolano para afrontar una devaluación abrupta del petróleo como energético?R. No. No estamos preparados en la medida en que no se hace casi nada en este sentido. Sin embargo, no creo en un desplome de la economía petrolera. Me atrevo a hacer un pronóstico: en los primeros años de la próxima década, el precio del petróleo volverá a subir notablemente, a más tardar en 1992.

P. Si accede a la presidencia de Venezuela, ¿qué propondría en el ámbito petrolero y en el de las energías alternativas?

R. Propondré la internacionalización de la industria petrolera, asociándonos con las refinerías más próximas a los grandes centros de consumo. Diversificaré la actividad petrolera interna, invitando a la participación a los inversionistas privados en las fases secundaria y terciaria, ya que creo que la fase extractiva debe permanecer en manos del Estado. Desarrollaré una diplomacia petrolera en la OPEP que nos permita desplegar una presión más inteligente en el mercado mundial de los hidrocarburos.

P. La gente de la calle cree que para acceder a la jefatura de un Estado rico como el de Venezuela es preciso contar con el apoyo de algunos poderes fácticos. ¿Cuenta usted con estas bendiciones?

R. Yo procuro contar con la bendición del pueblo venezolano y procuro también la amistad con todos los factores de poder externos que puedan ser útiles para el desarrollo de mi país. Cuento con la solidaridad de la Internacional Demócrata Cristiana y la de mucha otra gente que cree en la democracia y ve con simpatía el esfuerzo de cambio y renovación que está haciendo Venezuela.

P. Con respecto a las relaciones hispano-venezolanas, ¿cuál será su política si es elegido presidente?

R. Durante mi Gobierno se va a conmemorar el quinto centenario del encuentro entre nuestros dos mundos. Ese simple hecho nos va a obligar a realizar una labor de profundización en los términos más amplios que sea posible en las relaciones entre nuestros dos países, y no precisamente para evocar nostalgias o romanticismos, sino más bien para definir con agresividad todo aquello que podemos hacer juntos mirando hacia el porvenir.

P. Su apodo electoral, El Tigre, sugiere algún componente sanguinario que no se percibe al observarle a usted. ¿Por qúe lo eligió?

R. Creo que este apodo refleja aquello que en el fondo de nosotros todos deseamos ser. Es un símbolo de fuerza, poder y audacia, de agresividad. Creo además que esto se corresponde con la profunda idiosincrasia de la mayoría de la gente. La mejor campaña publicitaria de los últimos años tenía por eslogan: "Ponga usted un tigre en su depósito de gasolina" (Exxon). Yo quiero poner un tigre en la sede presidencial de Venezuela.

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