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Los terroristas italianos detenidos en Barcelona estaban ya desconectados de las Brigadas Rojas

Los tres italianos detenidos el pasado martes en Barcelona no mantenían ningún contacto con las Brigadas Rojas, y su presencia en España obedecía únicamente a su deseo de evadirse de la justicia italiana, según pudo comprobar la policía barcelonesa, después de que fueran "seguidos intensamente", según informó ayer en un comunicado el Gobierno Civil de Barcelona. Para llegar a estas conclusiones, la policía española ha empleado un año, según las fuentes mencionadas.Los detenidos formaron parte de la brigada Lucca Matini, encuadrada en la "facción violenta" de las Brigadas Rojas, según el Gobierno Civil. Las detenciones de Barcelona facilitaron una vasta operación policial en Florencia (Italia), donde en varios registros efectuados durante la noche del pasado miércoles fue intervenida "abundante documentación sobre las Brigadas Rojas", según la nota. Ninguna de las fuentes consultadas en Italia pudo confirmar la existencia de esta supuesta operación policial.

Caso en Italia

Los tres detenidos, que estaban reclamados por una orden de busca y captura de carácter internacional, se hallan implicados en diversos procedimientos judiciales instruidos en Italia por robo, tenencia ilícita y ocultación de armas de fuego robadas, pertenencia a las Brigadas Rojas y acciones con cócteles molotov contra la policía. Los tres presuntos brigadistas están considerados en Italia como peces pequeños del terrorismo.El 9 de diciembre de 1983 la policía detuvo en Florencia a cuatro miembros de la brigada citada y se comunicó oficialmente que tres miembros de la misma -los tres ahora detenidos- vivían en la clandestinidad. Desde entonces, no se había vuelto a saber nada de ellos. La impresión es que se trataba de uno de los pequeños grupos que se están formando en la clandestinidad, y que estos tres personajes menores se encargaban más bien de buscar fondos para la organización, informa Juan Arias desde Roma.

Gabriela Beconi, de 29 años, Marinella Ambretti, de 34, y Stefano Demotins, de 29, usaron durante su estancia en Barcelona documentación falsificada a nombre Enrica Andei, Mara Grandi y Marco Bartolletti, respectivamente. Beconi residía en un piso situado en el número 32 de la calle de la Concordia, y los dos restantes en un ático de la calle de Padua, 11. En estas dos viviendas fueron intervenidas documentaciones falsificadas, una imprenta manual y documentación sobre las Brigadas Rojas. El Gobierno Civil no preciso si esta documentación contenía datos relevantes sobre la organización terrorista italiana o si, simplemente, se trataba de folletos de propaganda. Los tres detenidos pasarán a disposición de la Audiencia Nacional, que tramitará su extradición a Italia.

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